Cuando el gerente deportivo de Alajuelense, Agustín Lleida, reveló que los manudos pagan una deuda de casi ¢57 millones por mes que viene de la administración anterior, el expresidente erizo Raúl Pinto pegó el brinco.

Para el empresario, que manejó la Liga entre el 2010 y el 2016, lo dicho por el español es inexacto y una forma de justificar las cosas que no ha podido lograr en su trabajo.

Sacar el tema y señalar a la administración de Pinto a cuatro meses de las elecciones presidenciales del club (son en noviembre), son actos que el exdirigente afirma como sospechosos.

En entrevista con La Teja, Pinto reconoció que está evaluando volver a la presidencia manuda, pero que aún no toma la decisión, mientras que Fernando Ocampo aún no confirma si aspirará a la reelección.

“Hay una gente, un grupo de personas que me han solicitado que vuelva a la presidencia de la institución, lo estoy pensando, pero no por un tema de vanidad, quiero ver un programa de qué es lo que vamos a ir a hacer para mejorar al club, si no tengo ese programa no me lanzo, si me lo presentan posiblemente lo pueda hacer. Hay gente que ya está trabajando en eso”, explicó.

Acusaciones van y vienen

Las palabras que saltaron de Lleida, Ocampo y Pinto en los últimos días tienen toda la pinta de una campaña política por la silla manuda, aunque sus aspirantes quieran desmarcarse del tema.

“Yo lo tomé mal porque se está excusando en ese tema y quitando responsabilidades, señalando a otros que no estamos, así como él vive esta situación, yo también tenía que pagar esa deuda cada mes y gané cinco campeonatos y en este momento el señor Lleida no ha ganado ninguno, nosotros teníamos que pagar unos $70 mil por mes (casi ¢41 millones).

“Nosotros invertimos casi $4.5 millones en el club en recursos, hasta los $700 mil (¢407 millones) que recibimos del mundial se invirtieron en diversos proyectos”, detalló.

Para Pinto, Lleida se salió de sus funciones como gerente deportivo al hablar de un tema que no es de su área.

“Él no es el gerente financiero de la institución, sino el gerente deportivo, él tiene que dedicarse a esa parte, imagínese que todos los gerentes toquen estos temas. A Víctor Cordero hablando de la deuda que tiene Saprissa, ¿usted lo ha oído hablar de eso? No, porque eso no lo hace un gerente.

“Ahora salió el presidente Ocampo excusándose y diciendo que esa no era una deuda mía, sino del 2008, pero tampoco es así, es mucho más vieja”, explicó.

Este jueves en conferencia de prensa, al presi manudo le incomodó que le preguntaran sobre su reelección ya que dice que no es momento para andar en politiquerías, tirando una chinita al aire.

“Acá hay que trabajar, yo quisiera que a todos esos que están por ahí, que más bien vinieran, se juntaran conmigo y dijeran cómo vamos a generar recursos en la Liga. Esto no es de Fernando Ocampo, acá todos somos pasajeros, yo me iré un día de tanto.

“En este momento lo que ocupamos es que las mejores mentes de la Liga estén acá, quieran o no estar, que nos juntemos, creo que es irresponsable estar pensando en otra cosa, acá deben imperar los colores, no es época de señalar a otros, serruchar pisos o levantar banderas”, tiró Ocampo.

El deudón

Para Pinto, la deuda que actualmente maneja Alajuelense no es como Lleida la expuso, porque nació desde mucho antes que él fuera presidente manudo.

“Esto empieza aproximadamente desde 1997 con anteriores administraciones, cuando se pagaban derechos de imagen, en ese momento la Caja (CCSS) cambió el tema de derechos de imagen como pagos normales que se le hacían a un trabajador, por lo que nos cobró unas facturas en el 2008 que venían desde esos años (1997), allí es donde nos cae una deuda bastante grande.

“La primera que empezó a pagar esa deuda, que ascendía a ¢1.200 millones, fue mi administración, ahora a Fernando (Ocampo) le toca pagar esa deuda, así como yo lo hice por seis años”, dijo Pinto.

Raúl Pinto asegura que cuando él dejó la presidencia de Alajuelense quedó una deuda en el club de ¢1000 millones por la deuda a la Caja y FODESAF, la cual Aquiles Mata exdirectivo y abogado del club, afirmó que era ganable e irían hasta el final.

“Un día antes de que se tomara el dictamen sobre el juicio, la directiva actual decidió hacer un arreglo, por eso se endeudó casi ¢600 millones más, fue una decisión de ellos hacer para atrás el juicio”, dijo Pinto.

Le consultamos a Ocampo por este tema y mediante la oficina de prensa manuda indicó que hicieron lo que consideraron mejor para el club, porque según el análisis de los abogados y la fiscalía, el pronóstico del caso era negativo para la institución.

“El tema de Fodesaf fue presentado en una asamblea extraordinaria en el mes de setiembre del año 2018, esto a raíz de una recomendación de la Comisión Legal y de la Fiscalía. En ese momento y una vez explicadas todas las circunstancias a los asociados, se aprobó un mandato a la junta directiva de negociar con Fodesaf un arreglo a la deuda y detener el incremento mensual de intereses”, explicó.

Con este panorama de quién tiene más peso en las deudas o quién tomó mejores decisiones en la Liga, pareciera que las elecciones se calientan.