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Brasil llegó a Rusia con una maleta cargada de ilusiones

Los cinco veces campeones del mundo esperan lavarse la cara después de papelón de hace cuatro años

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Con un ilusionado Neymar a la cabeza, la selección de Brasil llegó este lunes al aeropuerto de Sochi, ciudad costera del sur de Rusia donde establecerá su base para el Mundial, al que llega como favorita para alzar su sexto trofeo.

El vuelo de la ‘canarinha’, que despegó de Viena, Austria, tras su victoria en el amistoso contra la selección de ese país (3-0), tuvo algunos minutos de retraso, pero luego todo salió bien en la ciudad que, pese a haber sido la sede de los Juegos de Invierno de 2014, les recibe con altas temperaturas y ambiente veraniego.

Sonrientes y vestidos con el traje oficial, color azul oscuro y confeccionado para esta copa, los futbolistas y el cuerpo técnico bajaron a pie a la pista, atravesaron la terminal y partieron en autobús rumbo al lujoso hotel a orillas del mar Negro, que esperan convertir en su fuerte durante casi un mes.

Estar todo ese tiempo significaría que la ‘canarinha’ llegaría a la final y así poder cumplir su gran obsesión en Rusia: devolver el orgullo al fútbol brasileño tras la debacle de hace cuatro años en casa, cuando cayeron humillados por Alemania con el 7-1 en contra en la semifinal.

De momento, todo pinta muy bien para la 'seleçao' de Tite, que desde que asumió el cargo, hace dos años, apenas ha perdido un amistoso de los 21 partidos que ha dirigido, suma 17 victorias y tres empates.

El último triunfo fue este mismo domingo ante Austria, cuando el equipo volvió a mostrarse vibrante y se impuso cómodamente con los goles de Gabriel Jesús, Neymar y Philippe Coutinho.

En su primer partido como titular tras la lesión en el pie que sufrió el 25 de febrero, el 10 volvió a ser uno de los grandes protagonistas del encuentro. Poco a poco, la estrella del PSG parece estar de vuelta y anotó un golazo que se suma al lindo tanto de la semana pasada ante Croacia, el día de su regreso tras la operación que le mantuvo tres meses de baja.

Y con él enchufado, a Brasil le cuesta retener la ilusión.

“Hay que confiar, soñar, no hay que reprimirse. Podemos decir que somos brasileños y se puede soñar. Estamos soñando cada vez más. Soñar no está prohibido”, afirmó el propio Neymar tras el partido.

El cansancio no apagó esa onda positiva y el astro fue uno de los más sonrientes a su llegada a Sochi, donde no dudó en lanzar saludos a la prensa, bromear con sus compañeros e incluso posar haciendo el signo de la victoria.

Ubicada en el Grupo E, Brasil se enfrentará el 17 a Suiza, el 22 a Costa Rica y el 27 a Serbia.

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