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Cartaginés sí quiso la Saprihora y se llevó un punto de la Cueva

Erick Cabalceta marcó el empate cuando el partido ya estaba terminando

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Wálter Centeno aseguró esta semana que no quiere ver a su equipo definiendo partidos en la Saprihora, pero en Cartaginés no piensan piensan igual y al puro final de la mejenga ante los morados empataron el marcador para llevarse un punto de Tibás.

“Antes aquí esperábamos la Saprihora. Creo que ahora por dicha estamos trabajando para que eso desaparezca”, fueron las palabras de Paté.

Erick Cabalceta fue quien le sacó el jugo a la Saprihora pues igualó el partido al minuto 89′. Algo que a los morados les tiene que haber dolido en el alma.

Arbitraje en deuda

El partido en la Cueva fue parejo, ambos cuadros salieron a jugar y a buscar el marcador, conocedores que es una mejenga en la que se estaban jugando mucho en la parte alta de la tabla.

Pero es una absoluta pena que en un buen partido, de esos que no sobran en el torneo nacional, los árbitros no pueden estar al mismo nivel, porque sin duda ese fue el punto negro del juego.

Hay que decirlo sin miedo y con todas sus letras, que se enoje quien se enoje, pero hubiera sido mejor que Adrián Elizondo y sus asistentes no hubieran llegado a Tibás, porque su trabajo fue fatal.

Apenas en el primer tiempo, dejaron de pitar un penal claro a favor de la "S" en el minuto 16, tras una zancadilla que Luis Pérez le hizo a Johan Venegas, falta más clara que la lluvia que caía en la casa del Monstruo.

Al 31′ fue a Cartaginés al que le tocó sufrir una pésima decisión del línea Emmanuel Alvarado, quien anuló por una posición prohibida inexistente un buen gol a Jurguens Montenegro.

Cuando el atacante brumoso salió estaba por lo menos un cuerpo atrás del defensa morado, así de claro.

Quién sabe si era que la cancha mojada se volvió muy rápida y los delanteros le ganaban la carrera, pero los líneas fallaron constantemente al señalar fueras de juego inexistentes en ambos lados.

Pues en la segunda parte, al 56′, el mismo línea también le anuló un gol al morado Luis José Hernández por un fuera de juego que solo él vio.

Da cólera gastar líneas explicando errores arbitrales en lugar de estar hablando de un buen partido o de la salida rápida de Saprissa que tenía sudando tacacos a la defensa brumosa, especialmente por la derecha.

Estamos hablando de un partido con balones en los postes, como el que pegó Rándall Leal al minuto 10, o la que perdonó solo de cabeza Montenegro frente al marco de Kevin Briceno. Por eso la molestia.

El portero brumoso Darryl Parker tapó tres opciones claras en el primer tiempo, hasta que en una de las tantas entradas por la derecha, Leal mandó un centro que no pudo despejar el joven Daniel Chacón.

El chamaco se hizo bolas tratando de rechazar, no lo logró nunca y la pecosa le quedó a Johan Venegas para liquidar con un fino toquecito a la esquina derecha al 40′.

Apenas se reanudó la mejenga, al 48′, cayó la igualada brumosa con otra gran jugada de Cristopher Núñez, parecida a la del gol que les anularon en el primer tiempo y que también cerró Montenegro.

Esta vez el ariete oriundo de Fray Casiano de Puntarenas definió con un remate cruzado al palo largo, imposible para Briceño. Buen gol, este no había por donde anularlo.

La ventaja fue que en el segundo tiempo el protagonismo de Elizondo se fue disipando, al igual que la paciencia de los aficionados morados que con los minutos empezaron a reclamar por el resultado.

Saprissa trataba mucho con el toquecito, que a veces desespera cuando no llega a nada, porque la pegada y rapidez que tenía en la etapa inicial también se fue disipando y ya los brumosos sufrían menos.

Cuando la impaciencia empezaba a crecer aparecieron los dos “viejitos” del Monstruo, para demostrar lo que bien saben hacer. Un pase exquisito de Michael Barrantes fue definido en gran forma por Christian Bolaños.

Barrantes lanzó un pase desde la media cancha, Bola le robó la espalda a toda la defensa brumosa y se quitó a Parker con un toquecito. Por dicha esta vez el línea estaba bien concentrado y no se paseó en todo.

Al igual que lo hicieron hace seis meses cuando ganaron 2-1 en la Cueva, los brumosos pegaron de nuevo al final con el gol de Erick Cabalceta al 89′, una bola que se encontró debajo del marco para matar en la Saprihora, una vieja arma del Monstruo que Paté no quiere, pero los brumosos aceptaron gustosos.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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