Chiquidrácula soltó el pito y ahora quiere ser técnico

Las mejengas a lo largo del planeta siempre dejan muchas historias y el caso del exárbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez, conocido como Chiquidrácula, es una de ellas, debido a su capacidad de reinventarse.

A Rodríguez se le metió en la jupa que su continuidad en el mundo de la pecosa será en un banquillo. ¿Se imaginan a un exárbitro reclamándole a los árbitros?

Lo anterior podría suceder muy pronto, ya que en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, el diario Marca de España, se encontró con un alumno aventajado en busca de un sueño: de ser árbitro a convertirse en entrenador.

El exsilbatero azteca, hace cuatro años decidió colgar el pito para iniciar una nueva aventura, la cual lo llevó hasta España.

"Con el Brasil-Alemania, la semifinal de la famosa goleada, decido poner fin a mi carrera arbitral después de tres Mundiales y 600 partidos de Liga. Cuando era árbitro estudié para director técnico, en la Federación Mexicana de Fútbol. En la actualidad tengo mis estudios en España con el máster de entrenador y acabo de certificarme como director deportivo por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF)", dijo Rodríguez, quien de una vez soltó el filazo.

"Ojalá haya un valiente, un directivo o un visionario que me ofrezca una oportunidad como entrenador. Mi aspiración es una Segunda o Primera división de España", comentó Marco Antonio.

El exmundialista argumenta su idea.

"Me dirán por qué digo eso. Tengo estructura y capacitación, además de un cuerpo técnico listo esperando que alguien confíe en nosotros".

A Marco Antonio no cree que le perjudique su pasado arbitral, al contrario, considera que lo hace mucho más fuerte.

"El árbitro maneja una gama de herramientas cuando diriges a alto nivel, pisas esos umbrales de excelencia en tus decisiones y te da un bagaje impresionante", aseguró.