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Chuzo de la semana: Prestaciones esperó toda la vida

Fiebre esperó a pensionarse para tener el carro de sus sueños

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Anthony Chacón siempre pensó que cuando su papá, don Rafael Antonio Chacón, le pidió que lo acompañara a comprarse un carro con la plata que había recibido de su pensión, era para adquirir un chuzo moderno.

Sin embargo, no sucedió como él lo había pensado  y compraron a Prestaciones, el nombre que le pusieron a la nave que compró su querido padre.

"Le voy a contar lo más breve posible la historia, ya que es algo extensa. Todo empezó hace unos  cinco años aproximadamente, cuando mi papá se pensionó después de trabajar durante 35 años como guardaparques con el Minae",  contó el hijo.

Anthony recuerda  que  fue en ese trabajo con el Ministerio de Ambiente y Energía, donde su tata se enamoró de un Toyota modelo 1990 que finalmente terminó adquiriendo.

"Para él, los Toyota son lo mejor y siempre que me cuenta una de sus historias como guardaparques hay un carro incluido.

"Para la vida de Chacón, como es conocido mi papá, el haber manejado toda su vida estos carros fue lo mejor que le pasó,  pero en el trabajo de mi papá también renovaban los carros cada cierto tiempo y por muchos años no se volvió a montar en aquellos Toyota que lo cautivaron", señaló Anthony.

El  muchachón  asegura que llegó el tiempo para que su papá se pensionara y como nunca tuvo un carrito propio, apenas le cayó la plata de la pensión salió soplado a comprar a su querido Prestaciones.

"Me llamó y me dijo : 'ahora sí hijo, ya tengo la plata para que me acompañe a comprar un carro'. Lo llevé con mucho gusto,  pero mi pensamiento era muy diferente al de él, en cuanto al tipo de carro que queríamos comprar, ya que yo pensé en un modelo un poco más moderno. Cuando lo fui a recoger a su casa y me informó que el carro que quería era un Toyota Land Cruiser de los viejos  que lo  habían cautivado durante aquellos años, le dije que ese tipo de carro era imposible encontrarlo en la ciudad", recordó Anthony.

Cuéntenos la historia de su carro
Si quiere que su chuzo sea publicado en La Teja, por favor envíe una foto de la joyita, así como un número telefónico para contactar al dueño, al correo kespinoza@lateja.cr.

Ahí empezó la tarea de tratar de encontrar a Prestaciones. Anthony se llevó a don Rafael a ver un  carro  que tenían "medio negociado", pero cuando el recién pensionado lo vio, no le cuadró.

"Nos fuimos a buscar el tesoro que él quería y yo pensaba que no iba a perder nada,  porque no íbamos a encontrar nada. Nos trasladamos a la zona de Heredia, donde hay varias ventas de carros, pasamos en la primera y nada y luego nos metimos a otra donde había pocos carros,  pero de pronto escuché a mi papá gritando: '¡Tony, Tony venga rápido,  aquí está!".

Anthony no podía creerlo, su tata  estaba como loco y totalmente emocionado. Llamaron al vendedor y  cuando vio, su papá ya estaba dando el enganche para comprarlo.

"El día que fuimos a recoger el carro mi papá estaba muy nervioso, sudaba mucho y no sabía ni cómo sentarse. Mi esposa nos acompañó,  ella tenía unos cinco meses de embarazo y le dije  que mejor se fuera con mi papá porque parecía que hasta manejar se le había olvidado. Duramos como dos horas, de Heredia a Guadalupe, porque (mi papá)  no podía seguir el paso que yo traía, que eran unos 40 kilómetros por hora", señaló Anthony.

"Desde entonces, ese chuzo forma parte de la vida de mi papá y de mi familia, ya que mis hijas disfrutan montarse en el carro porque siempre hay confites adentro", indicó el orgulloso hijo.

"El carro fue bautizado como el Prestaciones, porque según mi papá tuvo que esperar esa plata para tener el carro de sus amores. Lo trata como a un hijo, le gusta que pase la revisión  técnica a la primera y sin faltas; lo tiene lleno de calcomanías sobre protección de la vida silvestre para seguir fiel a su vocación y le dejó todos los marchamos pegados porque esos son las evidencias de los años que tiene de estar con él", indicó Anthony.

Don Rafa no vende  el chuzo,  pese a muy que pronto no va a tener campo para pegar un marchamo más.


¿Cada cuánto debo rotar las llantas de mi carro y cuál es la  manera correcta de hacerlo si es de tracción delantera?
"Para aumentar la vida útil de sus llantas, debe rotarlas entre los 4.000 y 8.000 kilómetros. Si su vehículo es tracción delantera, hágalo de la siguiente manera: pase la llanta delantera izquierda donde está la trasera izquierda y la llanta delantera derecha, hacia la trasera derecha. Luego, la llanta trasera derecha la coloca en la delantera izquierda y la trasera izquierda, en la delantera derecha; todo esto se hace en una sola operación, así logrará que las llantas se vayan gastando parejas y aumenten el rendimiento", explicó el mecánico Bryan Guido.

Karol Espinoza

Bachiller en periodismo y licenciada en Comunicación de Mercadeo. Periodista de Deportes con más de 14 años de experiencia. Integra La Teja desde setiembre del 2006.

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