El Volkswagen modelo 1970 de Alonso Marín Romero tiene un estilo muy particular y que llama mucho la atención, ya que lo modificó con el famoso “rat look" (estilo rata), el cual le encantaba a su abuelito Cachirulo.
“Esa moda consiste en darle al carro un acabado antiguo, en óxido, pero con partes recicladas. La idea es reciclar partes viejas y adaptarlas al carro. Todos esos detalles los agarré en Internet, porque aquí esa moda no se ve mucho, en cambio en Estados Unidos, Brasil y México sí”, comentó este vecino de la urbanización Las Magnolias, en La Uruca.
A Alonso, de 27 años, le gusta tener cosas diferentes a los demás, por eso escogió algo tan llamativo para darle un estilo propio a su carro.
“Cuando lo compré estaba restaurado, era blanco, pero siempre me ha llamado la atención el ‘Rat Look’ y como tengo una vespa con ese estilo quise gemelearlo para que fueran compañeros”, explicó Alonso.
La moto la define como “una ensalada” porque tiene partes de todo, ya que es modelo 78, pero con motor del 2003.
“Tenía como tres años, de querer un vocho, pero me daba miedo comprarlo por el tema de los repuestos y porque no estaba familiarizado con la marca. Pero decidí buscarlo en crautos y lo compré restaurado. Nunca me ha gustado dejar las cosas como vienen”, agregó.
| ¿Cómo sé si mi carro necesita un overhaul (reconstrucción de motor)? |
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| “Algunas señales que le ayudan a detectarlo son: si al encender el motor humea por la mufla un gris azulado y el nivel de aceite baja constantemente, también si pierde potencia y el consumo de combustible es excesivo. Cualquiera de estas fallas deben ser revisadas por un mecánico automotriz para que haga las pruebas correspondientes. También se puede tomar de referencia el kilometraje para realizar el overhaul, ya que la vida útil del motor puede estar entre los 200 mil o 300 mil kilómetros aproximadamente”, explicó Bryan Guido, mecánico automotriz (teléfono: 8603-5135). |
Marín pagó ¢3 millones por esta nave, pero más que valor monetario, él le tiene un gran valor sentimental.
“Siempre le dije a mi abuelito que iba a comprar un vocho e íbamos a andar juntos en el carro, así que el día que lo compre él fue conmigo a traerlo, pero en el 2017, como para noviembre, le diagnosticaron cáncer y dijeron que estaba grave, por lo que por más que traté no pude llevarlo conmigo al carnaval, como mi abuelo quería", recordó.
“Abuelo nos dejó en abril del año pasado 2018, así que todas las cosillas que hago con el carro, las hago en honor a él. A abuelito todos le decían Cachirulo y era pintor de enderezado y pintura. Él era hermano del dueño Romero Fournier, pero hace muchos años dejó de trabajar ahí”, agregó.
El carrito solo sale de la casa de vez en cuando, porque como tiene tantos detalles le da miedo que le roben algunas cositas si lo deja en la calle, ya que lo tiene lleno de detalles.
Tiene una replica de un esqueleto humano en el asiento del pasajero al que bautizó Rogelio y que compró para celebrar un Día de Brujas. El nombre no sabe ni de dónde salió, solo le gustó y se lo puso.
“Tiene muchas partes chivas, pero el pegue es el condenado esqueleto porque hace mucha gracia”, confesó este fiebre de la modificación que recuerda que hasta las bicicletas que ha tenido las ha transformado.