Alexander Obregón es un cocinero del restaurante Marlon en Grecia y gracias a su pasión por Boca Juniors alineó todas las estrellas para cumplir un sueño que cualquier fiebre del fútbol desea: Ver a Boca en la final de la Copa Libertadores desde el estadio Maracaná.
En medio de su preparación para viajar de Argentina a Brasil, Alexander conversó con La Teja y detalló cómo ese anhelo lo hizo realidad a punta de esfuerzo.
Esta historia comenzó en el año 2020, cuando se pegó la tradicional rifa, que hace el Consulado Boca Juniors Costa Rica con sus asociados, de un viaje todo pagado a Buenos Aires para ver un partido del equipo xeneize en la Bombonera, pero por cosas de la vida hasta ahora lo aplicó.
“Esto se inició cuando me hice socio de la peña en el 2019 y un año después me pegué la rifa que hacen para un viaje a Argentina, pero por la pandemia no lo había cambiado; entonces vi la mejor oportunidad de aplicarlo este año durante el buen momento de Boca en la Libertadores.
“Originalmente, lo iba a aplicar en el partido ante Deportivo Pereira en Colombia, pero al ser residente nicaragüense, allá me pedían visa para entrar y no se me dio, pero en este viaje sí se logró porque no me pidieron visa en Panamá, Argentina y Brasil, entonces nos tiramos con todo para conocer”, contó.
La travesía original era para ver el juego ante Estudiantes de La Plata en la Bombonera, pero Alexander sacó sus ahorros para viajar a Brasil y vivir el partidazo por la copa desde el estadio.
Hizo cálculos y compró una entrada al Maracaná, pagó $600, unos 325 mil colones al tipo de cambio, por un lugar en el sector norte, por lo cual será uno de los siete miembros del consulado tico que tendrán el honor de ver la mejenga desde adentro.
“Tenía unos ahorros guardados, perdí unos intereses por sacar la plata con anticipación, pero valió la pena”, agregó.
Jefe lo ayudó
Para que el sueño fuera una realidad debió pedirle permiso al jefe para hacer el viaje y la negociación fue sencilla, porque entendió que es una oportunidad que no se da todos los días.
“Tenía tiempo de no sacar vacaciones, cuando le conté al jefe todo emocionado que me gané el viaje a Buenos Aires, por dicha entendió y me dio dos semanas de vacaciones”, agregó.
Fue tan tuanis el jefe que hasta le adelantó una parte del salario para que no tuviera problemas financieros durante la aventura en el sur.
Experiencia espectacular
Hasta el momento, todo le ha salido como lo soñó.
“La sensación fue enorme, porque acá se vive el fútbol a otro nivel; por ejemplo, hacen un perímetro de seguridad a un kilómetro a la redonda, cosa que en Costa Rica no sucede, la experiencia ha sido espectacular”, dijo.
Este fiebre de 29 años y quien desde los siete vive en Tiquicia ha recibido muchos consejos para que disfrutar al máximo, por eso nos adelantó que a algunos amigos les lleva regalitos de Boca.
“Más que todo mis amigos me han dicho que disfrute, mi mamá me dice que tenga cuidado y nunca ande solo”, respondió.
Para no quedarnos con el clavo, le preguntamos cómo se inició ese amor por el equipo azul y oro, y nos respondió que fue gracias a un exjefe.
“La pasión por el fútbol sudamericano empezó desde muy pequeño, antes me llamaba la atención Independiente de Avellaneda, pero un exjefe que hizo un viaje a Argentina me trajo cosas de Boca Juniors y ahí me empezó a entrar la pasión, luego descubrí la peña y hace cuatro años me hice socio”, finalizó.