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¿Cómo la Cruz de Alajuelita ayudó a que renaciera la pasión por un chuzo?

El chuzo de Aarón Campos tiene una historia ligada a la Cruz de Alajuelita

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La pasión y el sentimiento por los 4x4 renació en un viaje que un adolescente hizo a La Cruz de Alajuelita, el cual lo cambió para siempre y lo hizo voltear los ojos, de nuevo, a este tipo de chuzos.

Es la historia de La Linga, el nombre del carro y de Aarón Campos, su dueño, de 23 años, que pasamos a relatar. Se trata de un Toyota BJ40 del año 1977, modificado.

Resulta que a Aarón siempre le gustaron los carros 4x4 y todo iba muy bien hasta que, por esas cosas extrañas de chiquillo, le empezaron a dar miedo esos chuzos.

Totoya BJ 40, 1977, Aarón Campos, chuzo
Así luce la Linga, un Toyota BJ 40, del año 1977. (Cortesía )

“Me pegaba unas lloradas que usted viera. De niño me daba miedo ir a la montaña, ver los carros volcados, lo veía con las llantas para arriba y me daba por llorar. Fue curioso, no me gustaba, cuando antes era un fiebre por una repuestera que tuvo mi papá y andábamos de desafío en desafío”, dijo.

Por esa razón, vendieron el chuzo que tenían y se compraron un Montero para la casa.

Sin embargo, cuando tenía unos 17 años, los invitaron a él y a su papá a ir a la celebración del Santo Cristo de Esquipulas en Alajuelita en un 4x4 y eso cambió para siempre la vida de Aarón.

“Fue como en el 2016, cuando llegamos arriba, papá y yo nos volvimos a ver y se prendió esa pasión por los carros; fue como que si nos hubiéramos dicho ‘que rico volver a eso’. Allí empezó todo de nuevo”.

Totoya BJ 40, 1977, Aarón Campos, chuzo
A como lo lleva a la montaña a un desafío, lo puede llevar a la ciudad. Solo le cambia las llantas. (Cortesía )

Entonces, fueron por el carro que habían tenido al principio, en la niñez de Aarón, a buscarlo a Herradura donde lo habían vendido a un primo; lo recuperaron y empezaron a trabajar en las modificaciones.

Hoy es uno de los chuzos que más llama la atención a cuanto evento va y lo llaman La Linga, pero ese nombre también tiene su historia.

Cuando recuperaron la pasión, el papá le dijo a Aarón que le pusiera nombre al carro y él dijo, que el carro daría su nombre, que era cuestión de tiempo.

Totoya BJ 40, 1977, Aarón Campos, chuzo
Así era la Linga antes de la modificación. (Cortesía )

En esos arreglos de restauración, el chuzo se quedaba varado a cada rato y llamaban para que lo jalaran de donde fuera que se había quedado pegado. Un día, quien lo jalaba dijo, “este carro deberían ponerle la Linga, no hay día que no haya que jalarlo. Ese era el nombre que el carrito se puso, allí mismo lo supe”.

Totoya BJ 40, 1977, Aarón Campos, chuzo
Totoya BJ 40, 1977, Aarón Campos, chuzo (Cortesía )

La linga es una especie de cuerda que se usa para arrastrar o remolcar carros. Por supuesto, cuando terminaron de restaurarlo quedó de lo más chiva y ya no deja botado a nadie, pero el nombre le quedó para siempre y hasta lo lleva en stickers.

Totoya BJ 40, 1977, Aarón Campos, chuzo
El motor es de una Ram. (Cortesía )

Hoy en día, dice que el carrito llama mucho la atención, que la gente a cada rato le pide fotos o subirse el carrito y que le gusta colaborar mucho en actividades. Es vecino de Alajuelita y lo usa todos los días.

“Nos ha pasado de todo, no somos personas de tanto dinero para ir dejarlo en talleres a cada rato, todo lo hacemos con amigos, o nosotros mismos (papá y él). Es un carro que ya es de la familia, no creo que lo venda y espero que si llego a tener hijos también lo quieran dejar en la casa. Como dicen, estos carros son para toda la vida”.

Totoya BJ 40, 1977, Aarón Campos, chuzo
La Linga con algunos cambios. (Cortesía )

El carro está totalmente modificado, todo es original, menos el motor que es de una Ram.

Franklin Arroyo

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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