Rica y Uruguay empataron este viernes a cero en un amistoso en el Estadio Nacional que sabe a lechuga, o sea, a nada y en el que el aficionado que no quiso ir al estadio para no mojarse o porque estaba muy cara la entrada, no tiene nada de que lamentarse.
Los chamacos de la Sele por lo menos la sudaron, eso sí se lo reconocemos.
Era un partido entre iguales, porque si en Costa Rica no conocíamos prácticamente a ninguno de esta “selección” uruguaya, los charrúas posiblemente estaban igual con la joven Sele que tiró de titular Gustavo Alfaro.
Posiblemente, el único jugador que ubicaban los sudamericanos es Joel Campbell, quien la historia lo dejó como un mal recuerdo del fútbol charrúa luego de que en el Mundial de Brasil 2014 anotó uno de los goles con los que la Sele ganó 3-1 aquella vez.
El partido no se pareció ni se puede comparar en nada a aquel que se jugó el 14 de junio en el estadio Castelao en Fortaleza, Brasil, que estaba a reventar, a diferencia del Estadio Nacional este viernes, que estuvo peladísimo.
La conformación de los equipos tampoco ayudó mucho, todo mundo tenía claro que el rival era un rejuntado de jóvenes de la liga uruguaya, posiblemente puede tratarse de su selección F, para una muestra todos sus jugadores debutaron en la mayor ante los ticos.
Las grandes estrellas se quedaron en Europa o en sus equipos de América, pues al no disputarse en fecha FIFA no se podía contar con jugadores de ligas internacionales, casi que solo con los que pudieran venir, como fue el caso con algunos ticos.
Por la Sele estuvieron Brandon Aguilera, Anthony Contreras, Álvaro Zamora, Patrick Sequeira y Francisco Calvo. Este último lució el gafete de capitán.
Lástima que Calvo fue el protagonista de la principal pelada del partido, un penal que falló a los 43 minutos. Como se paró para patear, el corridito que se pegó y la forma en la que pateó ese balón fue más feo que el tinte rosado con el que se pintó el pelo.
El joven arquero Randall Rodríguez se lanzó hacia su derecha, Francisco pateó hacia el otro lado, pero el remate estaba tan mal pegado que se fue afuera.
Experimento. Con el inicio de la eliminatoria a la vuelta de la esquina, el jueves ante San Cristóbal y Nieves, también en la Joya de La Sabana, y la Copa América en la tercera semana de junio, el Lechuga tenía muchas caras nuevas por ver y así lo dijo.
La Sele está en un recambio, muchos levantando la mano para quedarse, nombres como Patrick Sequeira, Jeyland Mitchell, Yeison Molina, Gerald Taylor, Haxzel Quirós o Jossimar Alcócer no han tenido casi chances de mostrarse y ayer lo tuvieron.
El rival no era vistoso, ni apretó, todo lo contrario, fue muy uruguayo, metiendo mucha pata, tirando una que otra patada y pegando uno que otro tobillo, los jugadores podían ser poco conocidos, pero la identidad de su fútbol era la misma.
Costa Rica siempre apretó, Álvaro Zamora fue de los más inquietos, muy participativo, buscando mucho la bola, con muchas ganas, pero a veces como dirían en los barrios: un toque mamón porque le costó soltarla a tiempo muchas veces.
Joel entró al segundo tiempo para buscar ordenar un poco más la ofensiva, meter más peligro, conectar con jugadores como Warren Madrigal o Kenneth Vargas, pero el Campbell que conocemos sigue lejos del nivel que mostró otrora. Claramente, no es aquel de Brasil 2014.