De la que nos salvamos con los gringos en el preolímpico

En un mundo sin COVID-19 este viernes la nota de abrir de noticieros, periódicos y programas deportivos en Costa Rica hubiera, muy probablemente, la llorada por una derrota en la mejenga entre Costa Rica y Estados Unidos en el arranque del grupo A del preolímpico de Concacaf.

Cuando el 9 de enero se hizo el sorteo de los grupos que pelearían en Guadalajara, México, por los dos boletos al campeonato masculino de fútbol en Tokio 2020, más de uno dijo, “Dios nos agarre confesados”, sin saber que el panorama traería algo más duro que compartir grupo con los gringos y aztecas.

Pelear con las dos potencias del área el boleto a un torneo al que no vamos desde el 2004, en Atenas, no es comida de trompudo, para llegar a las semifinales hay que apearse a uno de esos.

El fútbol no es una ciencia exacta, ni sirve mucho la suposición, pero si para clasificar al certamen en territorio azteca dejamos los pelos en el alambre ante Guatemala, y eso que fuimos locales, el augurio no era muy esperanzador.

La mejenga contra Estados Unidos era este viernes a las 4 p.m. y para esta hora lo más seguro es que ya estaríamos lamentando estar con un pie afuera de los Juegos Olímpicos.

En la crónica de la mejenga de este viernes, había que contar como Douglas Sequeira sigue sufriendo horrores para amoldar y encontrarle la comba a un equipo que no ha logrado acomodar.

Los memes de la calavera pegándose una llorada por la derrota ante los gringos, hubieran sido los que rodarían de grupo en grupo en WhatsApp.

Otra nota hubiera sido la de cómo México comió jamón ante República Dominicana y esperaba el lunes 23 para asegurar su lugar en las semifinales y dar el golpe de gracia a los ticos.

El coronavirus tal vez solo postergó lo que muchos creen es inevitable con el equipo de Douglas, así como ha sido el paso del virus por el mundo.