Dos peluditos son los guardianes de la Catedral

Perros especializados en detección de pólvora empezaron a bretear

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Todos los fiebres que asistieron el pasado domingo al estadio Morera Soto vieron desde temprano a Kala moverse por todo lado y muy inquieta moviendo la cola, ya que debía estar alerta para cumplir con su misión y evitar el ingreso de pólvora al estuche manudo.

Su afinado olfato evita que algún vivillo quiera romper las reglas.

Mientras que esta perrita, de 18 meses, cuidaba la puerta este del estuche erizo, del otro lado, en el acceso oeste, su amigo Sabi se encargaba de velar que por su lado no se colara nadie con explosivos o pólvora, función para la que ambos están entrenados y que los convierten en los guardianes de la Catedral.

Desde la semana anterior, gracias al convenio con la Federación Canina de Costa Rica (ACAN), estos dos peluditos están cumpliendo una tarea que generalmente les toca a oficiales de seguridad, pero a los que muchas veces se los bailan para meter pólvora a los estadios, pero con estos superperros no hay diez con hueco.

“La Liga contrató los servicios de detección de aromas, así que con el aroma que ellos nos indican que no puede ingresar al estadio entrenamos a los perros y cuando lo ubica me lo hace saber al sentarse o cuando se echa a la par de la persona que trae el material no permitido. Luego les toca el turno a los oficiales de seguridad”, destacó Rubén Rodríguez, presidente de ACAN.

A cualquier equipo que un aficionado ingrese pólvora durante un partido tendrá una multa de melón y medio de colones y recibirá una advertencia, ya que si vuelve a suceder, le podrían castigar la cancha por varias fechas.

Los guatos pueden adaptarse a cualquier aroma que les indiquen, por ahora están muy afinados para detectar bengalas, pero poco a poco mejorarán a poder identificar otros artículos no permitidos. Estos perros no están entrenados para detectar drogas, así que concentran su brete en la pólvora.

“Nosotros exponemos a los perros a esos aromas de manera controlada para que se vayan familiarizando. Su olfato es muy preciso así que pueden llegarle a pesar de que el producto esté en un bulto, un pantalón o entre unas tenis”, destacó Rodríguez.

Kala y Sabi estuvieron muy tranquilos este domingo entre la gente, ya que son animales muy dóciles y no representan un peligro para las personas. Estos peluditos están acostumbrados a este tipo de ambiente, así que si alguien los toca no pasará nada, pero es mejor evitar para no distraerlos mientras bretean.

“Estos perros no conocen nada sobre seguridad, ya que su propósito es otro, así que no tienen ningún condicionamiento para el ataque y son sumamente sociables. Los hemos llevado a escuelas, colegios, estadios y son de temperamento muy equilibrado”, explicó el experto.

El club y la Federación irán adaptándose a las diferentes situaciones para evitar el ingreso de objetos prohibidos a sus estadios. Por ejemplo, el domingo anterior, en el sector de la barra La Doce soltaron un humo rojo en el segundo tiempo, el cual fue consignado en el informe el comisario de la Unafut.

“Al ser este un producto de composición diferente a la pólvora, el perro no lo reconoce porque su olfato no está afinado para eso, pero hablaremos con el equipo para saber si se requiere incorporar ese aroma y evitar que ingrese en futuras ocasiones”, destacó Rubén.

El ingreso de ese polvo les costó a los erizos una multa de ¢100 mil porque según el Tribunal Disciplinario de la Fedefútbol está en la lista de objetos no permitidos que se dio a conocer a principio del torneo.

“Se trata de un polvo de origen vegetal que estamos investigando su uso y cómo lo ingresaron al estadio. Es curioso que nos sancionen ahora, a pesar de que ya se ha visto en otros estadios que no han recibido sanción, aunque teóricamente no es prohibido”, indicó Federico Calderón, directivo manudo.

El directivo destacó que mediante las tomas que les facilitará Repretel podrán determinar quiénes fueron las personas que utilizaron ese producto para tomar medidas, al respecto.

Así que es bueno que Kala y Sabi metan sus narices en este asunto para evitarles broncas a los manudos en el futuro.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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