Herediano tuvo una dulce venganza ante el Cartaginés, ya que anoche lo derrotó 2-0 para dejarse la Supercopa y lo hizo en el estadio Nacional, el mismo escenario en el que quedaron fuera de la final de la segunda fase del torneo pasado, precisamente ante los brumosos.
Se sabía que el partido iba a dictar una sentencia: se desquitaban los florenses o los blanquiazules seguían en la carroza del triunfo. Ocurrió lo primero, el Team se sacudió por esa semifinal en la que perdieron el chance de revalidar su título tras caer 1-0 en el Fello Meza y empatar 1-1 en La Sabana.
El Team se vio más entero, coordinado, con mejores ideas y más suelto.
A Cartaginés le costó entrar en el juego y sin duda paga caro apenas haber iniciado una minipretemporada, algo que obviamente no es culpa del club, sino del formato del torneo y la premura por el Mundial, que obliga a finalizar antes el próximo certamen.
Los brumosos presentaron casi el mismo equipo con el que jugaron en el cierre del torneo y hubo algunos jugadores que lucieron bien, como Allen Guevara o Marcel Hernández, pero a otros les costó el trajín del juego.
Diego Sánchez, por ejemplo, sufrió por su banda con Keysher Fuller. El florense era un avión y pasaba con pista abierta por su lateral. Así cayeron los dos goles, al minuto 12 tomó la bola con espacio y logró sacar un centro incómodo al área. La bola superó a dos parejas de delantero - defensor, pero el mexicano Diego González no la perdió de vista, atacó el espacio y se la encontró para solo empujarla al fondo.
A los 17 minutos, otra vez Fuller se llevó a Sánchez, sacó un centro al corazón del área y Anthony Contreras, incómodo, de palomita, la mandó a guardar.
Cartaginés sintió el golpe y con corazón equilibró las acciones. Pero, a nuestro parecer, le faltaba músculo.
El punto que ejemplifica lo anterior es que el guardameta del Herediano, Esteban Alvarado, no pasó ningún apuro, más allá de algún centro o de resguardar el marco ante remates que salieron desviados. Fue un juego muy tranquilo para el experimentado portero, quien después del partido, sorpresivamente, anunció que se retira el otro año.
Tampoco Kevin Briceño tuvo un trabajo excesivo, pero el Team cumplió. Llegó, anotó y ya no tenía la obligación de buscar con tanto afán el marco contrario. Es una posibilidad que da la ventaja en el marcador.
El inicio del torneo agarrará al campeón nacional todavía tomando forma, un club al que le costará ponerse a tono físico, y un Team con buen ritmo, que sabe a qué juega, con carácter y de alguna manera, con buen ánimo luego de dejarse el primer título de la temporada.
El juego tuvo detalles interesantes como la expulsión del asistente técnico Mauricio Wright, quien se metió a reclamar, y en las tomas de televisión se vio al portero herediano Bryan Segura casi festejando esa roja. Algo se traían desde esa semifinal.
También el conato de bronca entre ambos cuadros a los 70 minutos, donde cada quien fue a defender lo suyo, y en el que salieron pintados de rojo Michael Barrantes y Keysher Fuller.
Otra situación que llamó la atención fue la cantidad de brumosos en el estadio, aún empachados con el título ganado hace diez días y que superaron por mucho a los florenses.
Sin embargo, fueron los rojiamarillos quienes salieron con la sonrisa de oreja a oreja, con un título y con la venganza consumada.