El Chelsea inglés, con una soberbia actuación de su número diez, Cole Palmer, se coronó campeón del Mundial de Clubes al golear 3-0 al París Saint Germain, en la final del Mundial de Clubes, que se disputó en los Estados Unidos.
En el estadio Metlife, en Nueva Jersey, el cuadro británico sorprendió al mundo al dar un baile y maniatar por completo a los parisinos, que llegaban como los grandes favoritos al duelo por el cetro, tras apalear 4-0 al Real Madrid en las semifinales.
El indiscutible figurón de la final fue Cole Palmer, el extremo ofensivo de 23 años, quien se consolidó con una actuación de época al marcar dos goles y poner una asistencia.
Palmer dio dos golpes muy seguidos, a los 22 y 30 minutos, dos definiciones de primera línea imposibles para el portero Gianluigi Donnarumma, y a los 43 le filtró un pase exquisito al brasileño João Pedro para liquidar el juego, apenas acabando el primer tiempo.
Los galos no la vieron en todo el partido y hasta se quedaron con uno menos con la roja a João Neves a los 86 minutos, un sinsabor bastante grande para el equipo de Luis Enrique.