La distancia y el frío que hacía este jueves por la mañana no lograron impedir que Cristopher Sánchez llegara a la Cueva para ver a sus ídolos entrenar.
El niño, vecino de Acosta y acompañado por su papá, don Rodrigo, llegó muy bien identificado: camiseta, corte de pelo y reloj del Sapri. Todo eso lo hicieron sobresalir entre los más de tres mil aficionados que se dejaron llegar a Tibás.
"Siempre he sido muy saprissista, muy morado. Hace mucho había querido hacerme la 'S' (en el pelo), pero no me dejaban en la escuela, entonces apenas tuve que cortarme el pelo en vacaciones me la hice", dijo todo sonriente.
Para llegar a la Cueva tuvieron que salir a las 5 de la mañana de su casa, llegaron a Tibás a las 7:30 a.m., pero la madrugada es lo de menos.
"Si es a las dos de la mañana, a esa hora se levanta uno, la cosa es venir a verlos. Tengo el cuarto morado, una cobija y una colcha morada, una almohada, tengo de todo morado", confesó el fiebrazo.
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El responsable de que Cristopher haya salido tan fiebre es don Rodrigo, quien está de vacaciones y aprovechó para compartir con su hijo en un lugar que les encanta a los dos.
"Él es demasiado saprissista, a parte de eso es muy buen estudiante entonces no le niego nada. Para mí es un premio por ser buen hijo, respetuoso y buen estudiante", confesó el feliz papá.
Don Rodrigo dice que, desde que empezaron a ver los anuncios del entrenamiento a puertas abiertas, planearon el viaje.
"Vieras el cuarto, es moradititico, la 'S' se la hizo hace una semana sin saber, porque hace tiempo quería hacérsela. Yo soy saprissista también, la fiebre es heredada porque yo vengo a este estadio desde los años 70', una temporada seguí a Saprissa a todos los estadio", recordó el señor.
"Una vez me quedé botado en San Carlos y el bus de Saprissa me trajo, estaba Evaristo Coronado, Marco Rojas. Enrique Díaz habló y por eso me montaron a mí y a un amigo, al final de cuentas me fue mejor porque me vine con el equipo", recordó.