El invicto del campeón apenas duró una fecha

San Carlos sufrió su primer tropezón del torneo este miércoles con una inesperada derrota 2-1 ante Universitarios en un partido en el que regaló la etapa inicial y eso le salió bastante caro.

Desde el puro arranque del juego el cuadro norteño se vio sorprendido por un cuadro universitario muy aplicado en la cancha, con mucho corazón, ganas y orden.

Aquel coraje que mostraron los celestes el torneo pasado cuando tenían que remontar una gran cantidad de puntos para salir del descenso, es una actitud que gratamente todavía conservan.

Sobran los casos de equipos que se salvaron del descenso y la motivación solo les dio para salir del apuro y al año siguiente, cuando todos empiezan de cero, regresan los mismos males que los metieron en broncas.

Pero el cuadro de Minor Díaz sigue teniendo esa hambre con la que salvó la categoría y en el Carlos Ugalde, al menos durante el primer tiempo, fue lo suficientemente contundente para golpear al campeón.

Primero ejecutó un gran contragolpe con una salida muy rápida que terminó en tres toques, Olman Vargas la sirvió antes de entrar al área, Daniel Quirós hizo lo mismo desde la derecha y Anthony Contreras entró a cerrar la pinza al minuto 21.

Cuando parecía que los Toros se irían al medio tiempo perdiendo por mínima, les cayó el otro golpe, con otro centro del Bebé Quirós, Patrick Pemberton hizo de las suyas y despejó mal el balón, de feria la pecosa le pegó en un pie y le quedó servida a Vargas, quien toda la frialdad de un goleador veterano la mandó a guardar a los 45.

Una advertencia. San Carlos con varios cambios respecto a su debut ante el Saprissa no salió como el toro bravo que conocemos y fue hasta el segundo tiempo que se pellizcó.

Al 50 marcó el descuento, gol que se celebró por unos segundos, pero se anuló de manera correcta dado que Marco Mena la terminó metiendo con la mano, lo que todo el cuadro académico reclamó.

Puede que este sea el inicio del VAR en Costa Rica, porque tanto el central Bryan Cruz como el línea dieron el gol como válido, pero después cambiaron de decisión, como si alguien les hubiera soplado.

Fue hasta los 76 que descontaron con un penal anotado por Álvaro Saborío, luego que Lemark Hernández se le guindó del cuello dentro del área.

Al cierre de la mejenga, los jugadores de la "U" se empezaron a caer como moscas, ante cualquier contacto iban para el suelo, algunos tal vez golpeados y otros gastando tiempo esperando el final, algo muy riesgoso.

Esta derrota, después de la victoria ante el Monstruo y el buen ritmo en la pretemporada tampoco da para alertar más de la cuenta a los Toros, pero está claro que este tipo de tropezones es un lujo que no se pueden dar seguido.

Al campeón nacional, más allá de si tiene uno o treinta títulos, hay que exigirle como tal y está por verse si algunos de sus jugadores se terminarán conformando con haber celebrado un título o si quieren alargar la historia.