El Moradito y el Rey Paté

Realmente tiene estrella Walter Centeno.

En el momento en que asume la dirección técnica del Deportivo Saprissa los astros se le alinearon, al menos en el tipo de personalidades que encontrará en el camerino del Monstruo.

Centeno tiene la suerte de que podrá entrar fácilmente al vestuario porque hoy nadie tiene un ego tan grande como el que maneja el nuevo estratega, ni siquiera el argentino Mariano Torres se le acerca, así que los roces serán mínimos, por no decir inexistentes.

En la actual planilla, además de Torres, quienes podrían intentar competir en ese mundo egocéntrico están Marvin Angulo, Christian Bolaños o Johan Venegas.

Sin embargo, están a años luz del ego del Paté, y no creo que los gestos que estos tres le hacían al anterior cuerpo técnico, encabezado por Vladimir Quesada cuando los sustituía, se los hagan al Rey Paté. Así que nada de caritas.

Otra cosa muy distinta habría sido meter en el mismo camerino a Paté como director técnico y bajo su reinado tener como súbditos a Rolando Fonseca, Erick Lonnis, Jeaustin Campos, de la era más reciente, o a Hernán Morales, el portero Marco Antonio Rojas o al Príncipe Fernando Hernández, todos integrantes del glorioso hexacampeonato del Saprissa allá por los años 70.

Ahí sí que no habría campo pa' tanta gente.

Y aunque Centeno con esta planilla no tendrá roces con jugadores que le roben protagonismo, me pregunto cómo será su manejo en las conferencias de prensa.

¿En caso de derrota achacará los errores a sus jugadores como hacía en el equipo de Grecia? ¿o más bien intentará protegerlos, obviamente no de forma tan ridícula como lo hacía Vladimir Quesada?

Independientemente de cuál será la fórmula por la que opte Centeno, ya el moradito Juan Carlos Rojas se dio un baño de pueblo e hizo su jugada contratándolo de tal forma que recuperó algunas medallas con la fanaticada. Vamos a ver quien sale embarrado con esta apuesta...ya sea el Moradito, Paté y por qué no hasta Fernando Ocampo, presidente de la Liga, a quien estos dos le podrían amargar el famoso centenario.