Deportes

El Morado López es la escoba de las pruebas de montaña

Atleta cuida a las personas que se quedan rezagadas en las competencias

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En las distintas carreras de montaña que se disputan en el país, a don Manuel López no le interesa estar peleando por cruzar de primero la meta, a él le preocupa vigilar lo que pasa en la cola de la prueba, este atleta se puso del lado de los rezagados.

Con más de 20 años en el atletismo, "el Morado López", como es conocido en este ambiente por la gran pasión que le tiene al Deportivo Saprissa, encontró su lugar en una función que pocos ven, pero que termina siendo muy importante, es la "escoba" de cuanta ruta de montaña hay en Tiquicia.

Pero, ¿qué es una escoba? Es sencillo, se trata del corredor que siempre va de último cuidando de quienes se quedan atrás de una carrera para que lleguen con bien a la meta o ayudándolos en caso de cualquier emergencia.

Cuando este vecino de Tibás llega a la línea, es señal de alivio para los organizadores porque eso significa que ya no queda nadie más en la montaña.

"Hace unos cuatro o cinco años vi la necesidad de que hubiera una persona que ayudara a los corredores y los cuidara en las montañas entonces me puse de escoba. Mi intención era que los que venían de últimos pudieran terminar las rutas, porque en las montañas no es como en la calle, ahí no hay espacio para devolverse", explicó López.

Corriendo en San Vito de Coto Brus, en una ruta llamada "Carrera Violey", fue la primera vez que se puso en ese puesto y desde entonces ya lleva 94 participaciones como escoba. Ahora los organizadores de los eventos campestres más bien lo buscan para que los ayude.

"Mi función es ir informando a los organizadores cómo van las cosas, en los puestos de asistencia hay personas que se comunican conmigo y les explico. Si alguna persona está en mal estado, como me ha pasado varias veces, yo les aviso y mandan a recogerlo y sigo el camino, para mí es algo muy importante ese apoyo", explicó.

La última vez que el morado cumplió esa función fue hace una semana en la Carrera del Chirripó, ese día tuvo que informar de dos personas que la estaban viendo fea y necesitaron asistencia.

Por aquello de una emergencia, siempre anda un chaleco con implementos de primeros auxilios para atender a alguien si es necesario. La salud no le es un tema ajeno, tiene 40 años de trabajar para la Caja Costarricense del Seguro y hace 15 lo hace despachando medicamentos en la farmacia del ebais de barrio México.

"A veces en los puestos de asistencia no hay nada, entonces salvo a más de uno con una venda, una curita, un gel o algo más. Siempre calculo que si una carrera se hace en dos y media, yo voy a durar seis con los que vienen atrás", explicó.

El Morado López solo participa en pruebas de montaña, sobre el asfalto solo corre la competencia de Saprissa.

La vocación de prestar su servicio en los deportes viene desde que dirigió a las ligas menores del Municipal de Tibás, donde tuvo a su cargo a estrellas moradas que hoy la rompen como el atacante Ariel Rodríguez o el fallecido defensor Gabriel Badilla.

"Algunos jugadores de Saprissa, como Ariel o Badilla, yo los dirigí de pequeñitos. El fútbol es otra cosa que siempre me ha gustado, entonces lo que hice fue como fusionar las dos cosas. por eso en las carreras siempre ando de morado", comentó

El uniforme de don Manuel en las carreras es morado de los pies a la cabeza, pero como escoba no discrimina a nadie, si en el camino se topa manudos, heredianos o de otros equipos, también les da la mano de ser necesario.

"Viera como me vacilan en las carrera, alguna gente me dice que soy el único morado que les cae bien, a veces me dicen cosas como que va perdiendo Saprissa o así, pero siempre con mucho respeto, como yo no molesto a nadie, son igual conmigo", destacó.

El Morado López, por ejemplo, va siempre con un peluche del Monstruo en la cabeza, es su sello personal y en todo lo que anda siempre tiene que tener algo con la "S".

"Hay eventos en el que me ponen la canción de Saprissa cuando llego, hace poquito en Herradura, en Rivas de Pérez Zeledón, cuando entré a la meta me tenía la canción lista, ese día por cierto había clásico y la gente me hablaba del partido en todo lado", recordó.

Don Manuel confiesa entre risas que no tiene toda la casa pintada de morado y decorada con cosas de Saprissa solo porque su esposa no lo deja.

Para eso tiene un cuarto donde guarda todas sus reliquias del atletismo y del equipo tibaseño, el lugar está lleno de pósteres y recuerdos de ídolos como Evaristo Coronado, Hernán Medford, Erick Lonnis o Enrique Díaz, entre otros.

La Cueva del Monstruo es otro lugar donde siempre está metido porque trabaja como voluntario en el estadio en diversas funciones, pero no es empleado del club, es por puro cariño al equipo, también estuvo en algunas comisiones en el pasado.

Eso sí, su amor por el equipo no le impide señalar cuando considera que algo no está bien, más bien habla con toda propiedad por tantos años de fidelidad.

"Yo al Saprissa llego y gracias a Dios todo mundo tiene que ver conmigo, ando por todo el estadio y me saludan siempre, desde los directivos hasta los jugadores, conozco hasta a algunos de sus hijos", explicó el moradazo.

Sin andar mucho por las ramas, don Manuel reconoció que le aplicaría la escoba a jugadores como Jerry Bengstson o Henrique Moura porque no le convence su rendimiento ni su compromiso con el equipo.

La leñateada ante el América lo desanimó un poco, pero eso no hará que se aparte del estadio, claro siempre y cuando su otra pasión se lo permita, esa que le hace viajar por todo el país con escoba en mano.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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