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El que no cree en la Sele tiene toda la razón, el Mundial de Catar larguísimo

Costa Rica solo sumó dos puntos de nuevo en arranque eliminatorio

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Costa Rica terminó arrastrándose luego de un pésimo partido ante Jamaica. Foto: Rafael Pacheco Granados (Rafael Pacheco Granados)

“Positive vibrations”, o “Vibraciones positivas” es una de las más famosas canciones del cantante jamaiquino Bob Marley que habla sobre ser optimistas siempre y no ver lo negativo de las cosas.

Pero luego de ver el empate a uno de la selección de Costa Rica ante los paisanos de la leyenda del reggae es imposible sentirse así, la Sele está metida en un zapato horrible, en tres partidos, dos de ellos en casa solo suma dos puntos y solo un milagro nos llevaría a Catar.

Costa Rica tenía una obligación: ganar. No podía darse el lujo de otra cosa, de la manera que fuera, jugando lindo, feo, bien, con suerte o como fuera, pero había que ganar.

El equipo de Luis Fernando Suárez sigue dando palos de ciego y ante la que muchos decían era la selección más floja del octogonal, sin diez jugadores que no vinieron a Tiquicia, no pudo, Hoy no hay cómo ser positivos ante la realidad de la Sele.

Hemos perdido siete de nueve puntos, cinco de ellos en casa y del juego mejor ni hablemos para no deprimirnos más.

En octubre nos tocará ir a Estados Unidos y Honduras, dos visitas más que furris y de las que quién sabe si podremos pellizcar algo, por lo que hemos visto hasta el momento parece imposible.

Jamaica nos tuvo horribles, más pésimo que el panorama que tiene la selección. Foto: Rafael Pacheco Granados (Rafael Pacheco Granados)

Breve ilusión

La Sele empezó tan bien que hasta el más incrédulo se ilusionó. Lo decimos porque toparnos con un gol a los tres minutos luego de un jugadón en el que movimos la pecosa de lado a lado.

Vimos lo que no se ha hecho en toda la octogonal y tal vez en todo el proceso del colombiano Luis Fernando Suárez. Jefferson Brenes fue quien inició esa melodía perfecta.

El volante florense hizo un gran cambio de juego donde apareció Joel Campbell, quien bajó la pecosa con de gran manera y le abrió la la banda derecha a Ricardo Blanco, este la tiró al centro atrás, Bryan Ruiz cachó el pase y ahí el Capi sacó la clase como en sus mejores tiempos.

El diez la sostuvo un toque, levantó la cabeza y metió el centro al segundo palo, donde venía entrando Jonathan Moya, quien en lugar de tirar, pues su ángulo no era el mejor, la puso al centro para que Jimmy Marín solo la empujara de cabeza con el marco a placer.

De ver el buen arranque más de uno hasta se tiró a decir cosas sin pensar como, “ahora sí”, “que agarre Jamaica, lo vamos a golear”. Pensamientos muy osados, alimentados solo por la emoción.

Aquella ilusión del gol se fue disipando, tuvimos un par de remates de Jimmy y Celso Borges que acabaron en las manos del arquero Andre Blake.

Jamaica no se cayó ni se volvió loco con el gol tempranero y a los 21 solo por falta de calma no nos igualó, en una jugada que varios rivales tocaron la pecosa y al final el tiro de Tyreek Magee se fue desviado.

Como dicen, una golondrina no hace verano y la coordinación del gol no se volvió a ver, de nuevo la Sele no sabía que hacer en la última jugada.

La selección se fue silbada por los valientes que se atrevieron a ir al estadio. Foto: Rafael Pacheco Granados (Rafael Pacheco Granados)

Balde de agua fría

Al inicio del segundo tiempo nos pasó lo peor que nos podía pasar, gol de Jamaica, ya estábamos lo suficientemente mal, solo nos faltaba eso para hacerla completa.

Jamaica nos empató fácil, un centro de Kemar Lawrence, que se llevó con facilidad la marca de Jefferson Brenes, acabó en la cabeza de Shamar Nicholson, quien en realidad le dio con el hombro, tiro que agarró caminando a Keylor Navas a los 46.

Se nos vino la noche encima, porque ahora la presión por ir por un gol era más dura que el señor baldazo que cayó en Chepe este miércoles por la tarde, con rayería y todo, ahora si a ver cómo salir de ese enredo.

Estuvimos cerca a los 63 cuando Jonathan Moya le puso la chocobola a Joel, el tiro acabó en un tapadón del meta jamaiquino que nos dejó con el grito de gol en la garganta. Esa era.

Nicholson por poco nos clava el segundo un minuto después, por dicha le dio mal, porque la opción era clarísima, la falló más por malo que por presión, así estábamos sufriendo.

Suárez empezó a meter gente pero nada mejoraba y otra vez se animó muy tarde a meter a Kendall Waston para buscara el milagro, lo hizo hasta el minuto noventa.

Pero más bien acabamos sufriendo, agradeciendo que Navas nos salvó de no perder con dos tapadas en los últimos minutos, una a Nicholson a los 84 y otra al santista Javon East a los 85.

El que le tenga fe a esta selección luego de ver este arranque, de veras que no lo hace por nada más que puro patriotismo, no hay otra explicación.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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