El mundo entero lo vio llorar. La tristeza llegó cuando el marcador, que iba 0-0, cambió gracias a un gol de Marruecos. Poco después, cuando el árbitro central dio el pitazo final del partido, Cristiano se deshizo. El Bicho no aguantó. No pudo permanecer en la grama y derramando lágrimas como un niño, salió de la cancha para refugiarse en los camerinos.
Este era, probablemente, el último mundial de Cristiano quien tiene ya 37 años. Su sueño de alzar la Copa del Mundo se desvaneció y así lo reconoce él mismo en un mensaje que compartió en sus redes sociales y que aquí compartimos:
“Ganar una Copa del Mundo para Portugal fue el sueño más grande y ambicioso de mi carrera. Afortunadamente, gané muchos títulos de dimensión internacional, incluso para Portugal, pero poner el nombre de nuestro país en el nivel más alto del mundo era mi mayor sueño.
Luché por ello. Luché duro por este sueño. En las 5 participaciones en las que anoté en Mundiales a lo largo de 16 años, siempre al lado de grandes jugadores y apoyado por millones de portugueses, lo di todo. Dejé todo en el campo. Nunca le di la cara a la lucha y nunca renuncié a ese sueño.
Desafortunadamente, ayer el sueño terminó. No vale la pena reaccionar en caliente. Solo quiero que todos sepan que mucho se ha dicho, mucho se ha escrito, mucho se ha especulado, pero mi dedicación a Portugal no ha cambiado ni un instante. Siempre fui una persona luchando por el objetivo de todos y nunca le daría la espalda a mis compañeros ni a mi país.
Por ahora, no hay mucho más que decir. Gracias Portugal. Gracias, Qatar. El sueño fue hermoso mientras duró... Ahora toca ser un buen consejero y dejar que cada uno saque sus propias conclusiones”.