Giorgo Armani falleció este jueves y en Costa Rica hay “un tesoro de él” que tiene Yeremy Marín Hernández.
Marín es un fanático empedernido de las motos vespas, los icónicos vehículos italianos nacidos en Pontedera en 1946, al punto que tiene una que es única en Costa Rica y posiblemente de toda Latinoamérica.
Este empresario, vecino de San Joaquín de Flores en Heredia, tiene cuatro motos de este estilo, sin embargo la que les mostramos en esta ocasión es realmente especial, pues la compañía apenas fabricó 946 en todo el mundo y a Tiquicia solamente mandó esta.
Se trata de una edición limitada que diseñó en colaboración con Giorgio Armani para celebrar los 40 años de la creación de la marca de ropa italiana y reconocer dos de los símbolos más reconocidos del estilo y la creatividad de esa nación europea.
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De esta manera nació la Vespa 946 Emporio Armani 2015, modelo que, además, se distingue porque cada una tiene un número para diferenciarlas en la colección. La de Marín es la 800.
“Vespa hace colaboraciones con diferentes marcas y esta es la única que llegó a Costa Rica. Ellos hacen un tiraje de producción y designan hacia dónde va cada una. Llegó con el anterior distribuidor en el país, así que yo fui a tocarles la puerta y les dije que la quería, pero me dijeron que la tenía apartada un abogado italiano y eso me dolió un montón.
“Les pregunté si no había forma de pedir otra y me dijeron que no. Esta moto no es que uno la pueda comprar u ordenar, ya que la fábrica las asigna a países por estrategia y a Costa Rica solo asignaron una y no había forma de enviar otra”, explicó.
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Pero él estaba decidido a tenerla, no tiró la toalla y se fue a negociar directamente con el dueño.
“Yo les dije en la distribuidora que le dijeran al abogado italiano que yo quería la moto, al mejor estilo de esas series de pujas de ofertas.
“Pasó como un año y me llamaron y me dijeron que el abogado vivía en una torre de apartamentos en la que solo tiene acceso a un parqueo para un carro, la vespa y el carro le cabían bien, pero el mae se enamoró de una moto Ducati, por lo que se iba a deshacer de la Vespa, entonces la compré con un año de uso y estaba como nueva, porque ni la sacaba, la compré casi que cero kilómetros y fui el hombre más feliz”, contó orgulloso.
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El estilo y la clase de esta motito es algo sin igual, ya solo subirse le da un chaine diferente, ya que representa a dos de las empresas italianas más prestigiosas.
El modelo es tan singular que su dueño no se atrevería a venderla, porque sabe que simple y sencillamente no va a conseguir nada igual.
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Además, las vespas le llegaron al corazón, pues le permitieron retomar su pasión por las motos, ya que debido a un accidente casero le salieron dos hernias hace doce años, cuando solo tenía 35 años, lo cual lo paralizó por completo y tuvo que empezar a hacer terapia y entre las consecuencias es que no puede cargar cosas pesadas.
Las motos pandilleras que amaba las tuvo que dejar de lado para no hacer esfuerzos y es cuando aparecieron las vespas para devolverle la ilusión y que pudiera volver a la carretera en un modelo en el que hoy anda más que feliz de la vida.