Jackeline Corrales es entrenadora de futsal y en julio tuvo que hacerle frente al covid-19 y al rechazo de un familiar muy cercano por la enfermedad.
Corrales dirige la Academia Alajuelita de Futsal y debutará en el torneo de Copa de este deporte el sábado 21 de noviembre, cuando el equipo femenino enfrente a Codea Alajuela, a las 6:30 p.m.
La estratega es vecina de Concepción de Alajuelita y confesó que vivió momentos muy duros mientras estuvo enferma.
"Si al alguien no lo mata el covid, lo puede matar la depresión. De no ser por mis tías, por mis amigos, por mis compañeros de trabajo y por los familiares de jugadores que me llegaban a dar comida, no hubiera salido adelante.
“Para mí, el comportamiento de esa persona (del familiar cercano) fue un quebrantamiento total para la relación", confesó.
Dura prueba
Hace cuatro años, Jackeline fundó la academia y los equipos, tanto de mujeres como de hombres, están en la segunda división de la Liga de Futsal, además, desde el 2018 trabaja con niños.
Le encanta ese deporte y el 2020 lo inició con mucho trabajo en su academia; sin embargo, el 2 de marzo tuvo que dejar de lado los entrenamientos debido a la pandemia.
“Estuve esperando a que se resolviera la situación, pero pasaban los días y no podía entrenar. Me estaba quedando sin ingresos y vivía con mis tías Vera, Lorena, Sandra y Cecilia. Ellas son adultas mayores y empecé a buscar empleo, el 1° de junio llegué a Jardines del Recuerdo, a trabajar como agente de ventas”, comentó.
Como en su nuevo brete tenía que tener contacto con la gente, Jackeline buscó un lugar donde vivir para no exponer a sus tías. Eso fue el inicio de su pesadilla.
“Mi familiar me contó que a la par del apartamento donde vive había como un cuarto que podía alquilar. Los primeros días la pasamos bien, pero luego empezaron los problemas”, afirmó.
El 15 de julio se hizo la prueba del covid-19, ya que el familiar de una compañera de trabajo dio positivo. Tres días después, le entregaron el resultado y le confirmaron que estaba contagiada.
“A partir de ese momento inicié la cuarentena, que fue de más de un mes. A los días comenzaron las dolencias, me dolía la cabeza, el cuerpo”, relató.
Cuando su familiar cercano y otros parientes que viven con esa persona se enteraron que tenía coronavirus, en vez de ayudarla, le dieron la espalda.
"Tenía que compartir el baño y la cocina con mi pariente. Me empezaron a poner peros para entrar al baño, hacían comentarios, gestos.
“Si quería defecar, lo hacía antes de bañarme, y si tenía que orinar, lo hacía en un balde afuera de la casa y por las noches salía a botar los orines y a desinfectar el balde”, agregó.
Jackeline se las ingeniaba para cocinar. Sus tías le llevaron unos electrodomésticos para que se preparara comidita.
“Mis amigas me mandaban verduras, mis tías me dejaban hielo para meter la comida en una hielera y que no se me pusiera mala. En mi trabajo me regalaron dos diarios y cuando me sentía bien cocinaba, pero había días en los que con costos me hacía un sándwich de atún”, recordó.
Sanando el alma
Poco a poco, la entrenadora se fue recuperando y gracias al apoyo de sus tías y amigos superó la enfermedad.
El 20 de agosto, Jackeline volvió a su trabajo y durante dos semanas pidió que la dejaran atender clientes por teléfono, porque se sentía débil y tenía mareos.
“Esto me afectó mucho, en los últimos días de la cuarentena lloraba mucho, me di cuenta que había personas que tenía que valorar. Ya me siento mejor físicamente, pero es rudo pasar por una situación así”, agregó.
Gracias a una amiga se cambió de apartamento.
“Una amiga me ofreció ¢100 mil para irme de ahí y no lo pensé dos veces. Al día siguiente de volver al trabajo me cambié de casa”, expresó.
Corrales contó que el cambio de residencia ha sido una bendición. Sigue trabajando, hace dos meses retomó los entrenamientos de la academia y está más que preparada para el inicio del torneo.
Sobre la relación con su familiar, Jackeline contó que no tiene arreglo.
“Esa persona vive cerca de donde alquilo, un día pasó frente a mí y lo único que hizo fue bajar la cabeza”, dijo.