De uno de los puntos limítrofes entre Costa Rica y Nicaragua como lo es el cantón de Los Chiles, nació y se crío uno de los goleadores de este miércoles en Alajuelense, como lo es el joven Esteban Cruz.
En el Alto Rendimiento rojinegro el nombre del joven de 18 años ya es bien conocido, en su última temporada marcó 17 goles y eso le valió ser del grupo de jóvenes que se acercaron a entrenar con la primera división esperando un chance, como el que tuvo el miércoles ante Puntarenas.
Ante los chuchequeros apenas fue la segunda vez que jugó en el Apertura 2023, cuando entró como variante al minuto 69 por Joshua Navarro; anteriormente había jugado en la fecha dos ante Sporting, ahí estuvo 68 minutos y listo.
En Copa Centroamericana, a inicios del semestre, fue titular ante el Olancho de Honduras y ante el Verdes de Belice, pero una vez se fueron integrando los jugadores estelares, le tocó esperar de nuevo, tuvo 12 minutos en el torneo de Copa ante Guanacasteca y hasta ahí.
El grito de gol marcado en el estadio Lito Pérez le salió del alma al muchacho, no solo porque significó el triunfo por 2-1 al minuto 89 y fue su primer tanto en la máxima categoría, sino por todo lo que le tocó sacrificar para llegar a este punto.
“Yo llegué a la Liga en el 2017 cuando tenía doce años y desde entonces he pertenecido al club, he pasado por todas las categorías de liga menor hasta ahora llegar al primer equipo y hacer la pretemporada este torneo por la oportunidad que me brindaron”, destacó Cruz a La Teja
Al futbolista de zona rural cuando quiere dar el paso a cosas más grandes, usualmente le toca sacrificar muchas cosas, una de ellas es dejar a su familia desde muy joven con tal de ir a cumplir un sueño. Salirse de su casa sin siquiera tener cédula es algo realmente duro en cualquier caso.
“En realidad sí fue complicado venirme desde tan joven, más para uno que era un niño prácticamente, salir tan joven de tu casa no es fácil, pero yo venía con la ilusión y las metas claras. Por dicha pude soportar dar ese paso, la distancia, ser fuerte mentalmente y seguir acá.
“La verdad fueron años muy difíciles porque sí extrañaba mi casa, a mi familia, a mis papás que están en mi pueblo, uno apenas está creciendo, pero siempre he sido muy fuerte para soportar eso, consciente de lo que quería”, comentó.
Esteban es del centro del cantón, lugar al que cuando va le toca viajar 168 kilómetros desde Alajuela, lugar adonde vive en las residencias rojinegras, en el Centro de Alto Rendimiento.
Algo que le llama la atención fue ver como el CAR y él fueron creciendo al mismo tiempo, porque cuando llegó al club aún no estaba construido nada de lo que es ahora.
“El primero año vivía en Herradura con un compañero y en eso hicieron una casa club en el CAR, me fui allí adonde viví hasta los 16 y ya cuando hicieron las residencias del CAR me cambié. He visto como ha crecido todo a nivel de estructuras, todo el proceso del CAR, se puede decir que crecimos juntos y es algo que me hace identificarme mucho con el lugar por cómo se dieron las cosas”, destacó.
Conforme fueron pasando las categorías y ascendiendo a una tras otra, Cruz se fue consolidando y mostrándose como un delantero potente y de mucha garra.
“Yo tomo la oportunidad con mucha calma, con humildad, con ganas de seguir trabajando y haciendo bien las cosas para poder consolidarme en primera”.
Algo que muchos no saben, es que Esteban no es típico delantero centro que solo se queda en el área esperando la pecosa, en su formación ha pasado por varios puestos, lo que le da más versatilidad.
“Cuando llegué a la Liga yo jugaba en la media, luego fui extremo y ya como en la U-13 o U-15 fue que me pasaron a ser delantero, que no es la única posición que sé jugar, entonces siento que me beneficia en otras posiciones. Fue el profe Crisanto Ulate (actual técnico de la U-13) el que me puso en ese puesto y desde entonces es adonde mejor me ha ido. También me gusta ser media punta”, añadió.
El muchacho sí tiene algo muy claro, hoy por hoy es lo que es gracias a la Liga, que se jugó a darle educación, formación deportiva, mantenerlo y hacerlo un hombre de bien más allá del fútbol, ese es un compromiso que tiene muy presente y paga matándose en la cancha en cada oportunidad posible.
“Yo a la Liga le debo todo lo que soy y no puedo pagárselos de otra manera. Lo que estoy viviendo es algo muy motivante, bonito, cosas que uno se imaginaba que iban a pasar y al final son recuerdos que allí quedarán siempre, eso motiva a ir por más”.