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Exjugador del Saprissa cuenta cómo resurgió en el fútbol tras sufrir del alcoholismo

Farlen Ilama estuvo en el pódcast de La Teja “La Cueva de los morados” y contó como esa experiencia ahora lo ayuda a formar jóvenes

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La vida da segundas oportunidades para cambiar cosas, esto lo aprovechó el exdelantero del Deportivo Saprissa Farlen Ilama, quien en el pódcast “La Cueva de los morados” de La Teja, contó cómo tras vivir duros episodios con el alcohol resurgió en el fútbol en otra faceta.

Ilama conversó por más de una hora con el periodista Ricardo Silesky, no se anduvo por las ramas para contar esos momentos que afectaron a su familia, pero a raíz de un momento especial recapacitó y cambió para bien.

“Mi historia de vida es bastante complicada, es conocido el problema que tuve con el alcoholismo, esa situación me dejó marcado y aún estoy en recuperación, gracias a Dios estoy en un grupo de apoyo para cambiar y eso ha dado buenos resultados en el trabajo.

“Empecé a tomar viejo, a los 23 años, en una fiesta de final de torneo con el Municipal Pérez Zeledón, había terminado el partido y nos fuimos a celebrar, en son de broma me sirvieron un trago, me lo tomé y me gustó, lastimosamente.

“Con el paso de los años se complicó, cuando me retiré en el 2008 con la Asociación Deportiva Carmelita, en primera división, fue peor, porque sentí más alas de libertad y seguí tomando, hasta en el 2018 que mi hija me dio un nieto, cuando llegué a verlo iba borracho, ella me dejó verlo, pero cuando me retiraba para la casa me dijo que no volviera, porque no quería volver a sufrir lo que ella vivió conmigo, que la próxima vez viniera sobrio o no llegara.

“Primero me enojé y dije un montón de cosas que no debí, ahí quedó la semilla y después empecé a buscar ayuda, un excompañero me contó su historia de vida y le pedí ayuda, tomé la decisión de internarme en una clínica para desintoxicarme, a partir de ahí fui al Municipal Pérez Zeledón, me incorporé a un grupo de apoyo, en junio cumplo seis años y todo ha sido para bien. Por dicha le pedí perdón a ella y tenemos una bonita relación”, relató el exgoleador.

En ese momento le agradeció a muchos a amigos que, pese a los momentos complicados, le tendieron la mano para que no tocara fondo.

“Los últimos cinco años de mi alcoholismo era un zombie, siempre tuve mi casa gracias a varias personas que me ayudaron porque la intenté vender unas veces, era un indigente con casa, pedía en la calle”, agregó.

Lejos de dejar esos momentos en el olvido, Farlen se inspiró para buscar cómo retribuirle a la sociedad cosas buenas y ahí fue cómo el gusanillo de entrenador empezó a aparecer y fue su punto de inicio para una nueva vida.

“Mientras jugué nunca pensé en dirigir, para eso hay que tener un don, eso lo comentaba con varios excompañeros, unos decían que sí, otros que no y al final fue al revés (risas).

“Avanzó el tiempo y por los problemas personales que tuve empecé a pensar cómo devolverle algo a la sociedad y el camino idóneo fue el fútbol, sobre todo a los jóvenes que sabemos los problemas que viven”, detalló.

Gracias a la invitación de un directivo, desde hace unos años trabaja para el Municipal Pérez Zeledón y ahora es el técnico en las ligas menores.

“Llevo tres años trabajando con el club, empecé con la sub-15, después en sub-17, luego me pidieron ayuda con el femenino y para este torneo volví a la sub-17.

“Es una etapa bonita porque los muchachos están aprendiendo y hay que inculcarles cosas que en el fútbol se van perdiendo y acá tratamos que ellos aprendan cosas diferentes, antes les enseñábamos mañas, ahora educamos profesionalmente porque el fútbol va en crecimiento y nosotros nos estamos quedando atrás”, detalló.

En medio de los entrenamientos le cuenta a sus muchachos una que otra vivencia para que en su crecimiento eviten caer en las tentaciones.

“Hay muchas cosas que les puedo explicar o contar sobre ciertas situaciones, por dónde van a pasar y que podría sucederles si les pasa, eso es parte de mi tarea en la vida, para que ellos tomen una buen decisión y decir ‘si el profe lo dijo, es por algo’.

“Aparte de eso les cuento varias historias que viví para que vean que no es broma, también inculcarles los valores, como la honestidad, la disciplina y puntualidad, saco como 15 minutos a la semana para hablarles sobre eso para tratar de cambiarles el chip de la vagabundería y pereza”, enfatizó.

También aprovechó para agradecerle a una gran cantidad de saprissistas que con el paso de los años no olvidan que defendió bien la morada a finales de los noventas.

“La gente me ha apreciado bastante y les agradezco mucho, porque en el tiempo que estuve en Saprissa di lo mejor de mí para la institución. Fue un paso increíble, quedé campeón nacional y centroamericano, sólo me faltó la Concacaf”, comentó.

Si no pudo ver el programa, lo puede buscar en la sección En Vivo en nuestra página en Facebook o escucharlo en Spotify y hasta puede participar por las entradas que estamos rifando para el clásico ante Alajuelense.

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