Max Crocombe, guardameta del modesto Salford City, equipo de la sexta división inglesa, fue expulsado este sábado por orinar en pleno partido de su equipo.
El neozelandés, de 24 años, vio la tarjeta roja en el minuto 87 de la victoria del Salford 1-2 sobre el Bradford Park Avenue.
El Salford es propiedad del magnate Peter Lim, dueño también del Valencia España y de los exfutbolistas del Manchester United Ryan Giggs, Gary Neville, Paul Scholes, Phil Neville y Nicky Butt.
Ocurrió en el minuto 87, el arquero no aguantaba las ganas de cambiarle el agua al pajarito y no lo pensó dos veces para hacerlo en media mejenga.
“La persona de seguridad le dijo en dos ocasiones que no lo hiciera y lo hizo igualmente”, declaró Colin Barker, asistente en el estadio de Park Avenue.
“No vi lo que sucedió y creo que el árbitro tampoco, pero le expulsó porque se lo comunicó el juez de línea”, añadió.
El portero neozelandés, llegado el pasado verano procedente del Oxford, se disculpó a través de su cuenta de Twitter y dijo que su intención “nunca fue la de ofender a nadie”.
"Me gustaría pedir perdón por el incidente de hoy. Me encontré en una posición muy incómoda y cometí un error que echó a perder la que ha sido una victoria de mucho mérito. Mi intención nunca fue la de ofender a nadie y quiero disculparme con los dos clubes y con todos los aficionados. No volverá a ocurrir", aseguró Crocombe.
No fue el primero
Pero este no es el primer portero que ve la roja por meón, ya que en enero de este año el guardameta del Shettleston, Gary White, al minuto 70, se dirigió al asistente y le comentó que tenía ganas de orinar.
El juez de línea le dijo que no pararía el partido para que él fuese al baño, por lo que el portero aguantó todo lo que pudo y a dos minutos del final sacó a relucir su ingenio.
El rival remató a portería, pero el balón se fue por encima del arco. Así, antes de sacar de meta, Gary White se fue tras la portería y alivió la vejiga.
Una acción que el árbitro consideró insultante. Por ello, se dirigió a White y le enseñó la cartulina roja, dejando asombrados a todos los seguidores, jugadores y entrenadores presentes.
El entrenador del Shettleston comentó que los jugadores se quedaron en shock, pero consiguieron aguantar el resultado de 1-0.
"Supongo que les importaba más la victoria que la expulsión", sentenció el técnico.