Falsos entrenadores dañan el fútbol chino

Intermediarios poco escrupulosos y entrenadores descalificados tratan de tomar su parte del pastel de un fútbol chino en pleno auge, pero poniendo en riesgo las ambiciones de convertirse en un gigante del deporte rey.

Según las consignas del presidente chino Xi Jinping, gran amante del fútbol y ferviente creyente en las ventajas de la diplomacia del deporte, la segunda potencia económica mundial invierte masivamente en la formación. Hasta el punto de que el ministro de educación estima tener 50 mil “escuelas caracterizadas por el fútbol” antes de 2025.

Este crecimiento atrae a entrenadores que a veces presentan diplomas falsificados, aseguran a la AFP cinco personas ligadas a este medio.

Hoy existe "un gran problema" en torno a los entrenadores de los jóvenes, afirma Xie Hui, asistente del entrenador del Shanghai SIPG, vigente campeón de la Super League china.

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“Incluso si les confían a Wu Lei (una de las estrellas del fútbol chino) ellos aniquilarán (su talento), esa es la realidad”, asegura Xie Hui, antiguo delantero internacional de 44 años, refiriéndose al jugador que fichó para el Espanyol de Barcelona procedente del SIPG.

El dinero inyectado es por el momento mera pérdida, estima Xie Hui, que señala incluso escuelas que inventan resultados sin siquiera haber jugado el partido.

Un entrenador calificado, que no desea ser identificado porque no se le permite hablar con los medios, define la situación como una “pelea en la que todo vale” y lamenta que la imagen de los entrenadores en China se vea ensuciada por algunas actuaciones de dudosa honorabilidad.

La Federación China declinó responder a la AFP sobre esta cuestión, pero publicó el mes pasado una serie de disposiciones para regular el mercado de los técnicos formadores.

Tom Byer, experimentado entrenador estadounidense que trabaja con las autoridades chinas, asegura que nunca se cruzó con un falso técnico. “Pero imagino que hay charlatanes” en el mercado, reconoce. La profesión en este país está viciada por los “fraudes”, afirma.