Desde hace un par de semanas el nombre de Frank Zamora suena con fuerza para reforzar la ofensiva del Saprissa en el Apertura 2020.

La dirigencia de Guadalupe y el jugador han reconocido las negociaciones con los orados y la Unafut hasta echó al agua a los morados al comunicar que el Monstruo les hizo una consulta sobre la contratación del artillero.

Lo cierto es que todo va viento en popa, por lo que sería cuestión de horas o de días para que se anuncie la llegada del atacante oriundo Barranca, Puntarenas, al campeón nacional, momento en el que el delantero será capaz de cumplir el sueño que tenía su abuelo paterno, ya fallecido, de que se vistiera de morado.

A inicios del 2013, Zamora estuvo cerca de cumplir esa meta y hasta realizó la pretemporada con la S en el equipo que dirigía Rónald González, pero al final no se quedó, por lo que decidió separarse del club en el que hizo sus ligas menores, desde U-15 hasta Alto Rendimiento y hasta jugó con la segunda división morada.

“Tal vez en ese momento no estuvo para mí debutar con Saprissa, yo sentía que me preparaba y trabaja bien, al final no fui tomado en cuenta eso me llevó a desligarme del club que me dio muchas cosas, estudio, hospedaje, mucho amor por muchos años. Esa estabilidad que tuve cambió y me tocó ir a guerrear por así decirlo a otro lado, fue una decisión que tomé en ese momento porque creí que era lo mejor”, detalló.

Más de siete años después, los caminos del fútbol guían de nuevo a Frank a Tibás y con el cual su abuelo Pablo estaría más que satisfecho, ya que fue él quien introdujo a su nieto en el deporte cuando tan solo tenía 11 años. Su abuelo lo llevó a un equipo llamado La Almendra en donde aprendió a jugar con muchachos de más edad que él.

“Todo se debe a mi abuelo básicamente, él tenía un equipo de fútbol con el que andaba de arriba abajo, yo siempre lo acompañaba, me empezó a gustar y me empezó a inclinar al fútbol poco a poco, antes de eso no jugaba tanto, fue por él que me metí en esto”, recordó Zamora en entrevista con La Teja.

Con el paso del tiempo y al demostrar sus condiciones para el deporte, al muchacho lo vieron de Saprissa en un torneo infantil y juvenil llamado Copa Coca Cola, el cual jugó en dos ocasiones con un equipo del Puerto en el que quedó de goleador y fue designado mejor jugador.

“Ahí había visores, se acercaron y me dijeron que fuera a hacer una prueba y desde el primer día que llegué me dijeron que querían darme estudio y la posibilidad de quedarme en San José para jugar con ellos, desde ahí me quedé en Saprissa hasta los 21 años”, recordó.

Dos años antes de partir del Monstruo, don Pablo falleció por lo que no pudo ver a su nieto jugar en la primera con el equipo de su corazón.

“Mi abuelo siempre es el que andaba detrás mío cuando tenía partidos y no porque mi familia no me apoyara, sino porque esa era su ilusión. Cuando llegué a Saprissa era el sueño de él, pero se puso mal porque tenía cáncer de colon y las cosas se complicaron.

“Fue un momento complicado, yo estaba muy joven y me costó mucho asimilar el asunto para salir adelante. Cuando fui a hacer la prueba a Saprissa recuerdo que don Jorge León y Diego Giacone hablaron con mi papá y mi abuelo estaba superfeliz, no lo podía creer. Me gustaría mucho que él estuviera acá para verme”, comentó.

Frank nos comentó que casi toda su familia es morada y están muy contentos con la opción que tiene de pasar al Saprissa, aunque aún no es algo seguro. Amigos y familiares le han escrito en estos días preguntándole sobre el tema y a todos les responde lo mismo, ya que sabe lo mismo que ellos.

Segundo aire

Con Guadalupe, el atacante porteño tomó un segundo aire en su carrera y se convirtió en hombre gol. Desde julio del año pasado, cuando llegó al club, ha marcado 17 anotaciones, dos de ellas en este Apertura 2020, en la primera fecha ante el Santos.

“A veces uno como jugador sufre tropiezos de los que tiene que levantarse y tal vez no toma las cosas tan en serio. En Guadalupe hice muchos cambios, creo que me llegó cierta madurez de entrenarme bien, hacer extras, muchas cosas que antes no hacía.

“Llegué a la edad en lo que uno sabe diferencia lo bueno de lo malo y quién es en realidad. En el primer torneo con Guadalupe se vio reflejado eso, estuve entre los goleadores. Siempre he dicho que si uno se prepara bien, entrena bien y pone todo su esfuerzo es más probable que le vaya bien”, comentó.

Zamora debutó en la primera con Puntarenas FC en el 2012 cuando llegó a préstamo procedente del Monstruo, al año siguiente lo propusieron jugar con la segunda división de los morados, pero él prefirió buscar suerte en otro lado y pasó por Carmelita, Pérez Zeledón, La U y Grecia antes de llegar a Guada.

En los últimos meses y gracias a su gran rendimiento, Frank hasta ha estado en varios microciclos de la Sele con Ronítal, un técnico que lo conoce muy bien.

El atacante sabe que de llegar a un equipo como Saprissa, las puertas se le pueden abrir con más facilidad, pero por ahora espera cumplir el sueño de su amado abuelo Pablo.