Hay algunos futbolistas que cuando hacen alguna buena jugada o un gol de inmediato le agradecen a su dios.
Sin embargo, hay algunos que fueron más allá y hasta abandonaron el deporte para servirle a la religión que siguen.
Philip Mulryne
Philip Mulryne, delantero de Irlanda del Norte, no pudo destacar en el Manchester United porque delante de él había jugadores de la clase de David Beckham, Ryan Giggs, Roy Keane, Paul Scholes y Peter Schmeichel.
Vagó por otros equipos hasta que se retiró de las canchas a los 30 años.
Ya sin él balón de por medio, se metió a un seminario y hoy en día es sacerdote católico. Dice que una de las causas para abrazar la religión es que se cansó del alcohol y las mujeres.
El 29 de octubre del 2016, Mulryne fue ordenado diácono por Diarmuid Martin, arzobispo de Dublín y el 8 de julio del 2017 fue ordenado sacerdote.
Presidió su primera misa el 10 de julio del 2017, en la iglesia St Oliver Plunkett, de Belfast.
Chase Hilgenbrinck
El defensa central estadounidense Chase Hilgenbrinck jugó en varios equipos de su país y de Chile, donde también hizo carrera.
Pero un día, cuando tenía 26 años, anunció su retiro para ordenarse sacerdote y sin dar mayores explicaciones se sumergió en la religión.
Hoy es capellán del equipo de la Alleman High School, en Rock Island.
Carlos Roa
El portero argentino Carlos Roa hizo una buena carrera en su país natal y en Europa. Cuando llegó al Mallorca, para jugar en la temporada 97-98, de la mano del entrenador Héctor Cúper, comenzaron los problemas.
El guardameta, conocido en el mundo futbolístico como Lechuga, se negó a jugar los sábados porque en la iglesia adventista ese día es sagrado.
Salió del Mallorca, se retiró para profesar su religión libremente, pero en abril del 2000 volvió con la condición de no jugar los sábados, lo que cumplió hasta que se retiró.
En la actualidad, forma parte del cuerpo técnico del San José Earthquakes de la MLS, dirigido por su compatriota Matías Almeyda.