Futbolistas se convierten en modelos de libertad para las mujeres en Sudán

El primer campeonato femenino de fútbol en ese país africano inició hace unas semanas

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Unas semanas después del comienzo del primer campeonato femenino de fútbol en Sudán, las nuevas estrellas de la pelota se han convertido en modelos de libertad para las sudanesas, en un país en plena transición hacia un gobierno civil.

Orjuan Essam, de 19 años, y Rayan Rajab, de 22, del equipo Tahadi de Jartum, han marcado varios goles en un torneo impensable hace apenas unos meses, cuando el país estaba dirigido por Omar al Bashir.

“Estoy muy contenta de ver que el régimen autoritario deja lugar a un gobierno civil y que los derechos de las mujeres pueden al fin concretarse”, aseguró Essam, quien se entrena en un estadio de Jartum, capital de ese país.

Sudán, que se unió a la FIFA en 1948, ha sido uno de los pioneros del fútbol en África. De hecho, ese país fue cofundador, en 1957, de la Confederación Africana de Fútbol (CAF).

Pero luego de que el país adoptara en 1983 la ley islámica, en la cual las mujeres estuvieron entre las más perjudicadas, el fútbol femenino fue inexistente.

El pasado 11 de abril, luego de haber dirigido el país con mano de hierro durante 30 años, Omar al Bashir fue destituido por el ejército por la presión de un inédito movimiento de protesta.

En agosto se instauró un consejo soberano con la misión de organizar la transición hacia un gobierno civil, como pedían los manifestantes, y la nueva constitución no considera al islam como una característica que defina al Estado.

Una necesidad

El nuevo primer ministro, Abdalá Hamdok, ha prometido defender los derechos de las mujeres.

Ellas estuvieron en la primera línea de las manifestaciones contra Bashir, mostrando su enfado luego de siglos de patriarcado y de leyes que limitaban su rol en la sociedad.

Con Bashir, miles de sudanesas recibieron importantes multas y fueron azotadas por vestir "ropa indecente" o por consumir alcohol.

En la actualidad, el campeonato femenino de fútbol es percibido como un símbolo de la mejora de sus derechos.

Para la volante Orjuan Essam, cada vez que saltan a la cancha demuestran que las mujeres no pueden ser reducidas a "criar a los hijos y hacer las tareas domésticas”.

Pero esta sudanesa, que lee todas las mañanas el Corán y que quiere ser dentista, insiste en que el fútbol es un pasatiempo.

Para su compañera de equipo Rayan Rajab, el campeonato es lo mejor que le ha pasado a Sudán.

“Lo necesitábamos realmente”, dice esta atacante prometiendo marcar goles en cada partido.

“Espero convertirme en jugadora profesional en el extranjero y volver para jugar por Sudán si soy seleccionada para la próxima Copa del Mundo”, dijo con gran confianza.