Geiner Segura, técnico del Municipal Pérez Zeledón, no sabía a dónde volver a ver, mientras que los jugadores del cuadro generaleño se volvían a ver entre sí buscando explicaciones, todos estaban con una cara apenas para un entierro y es que lo que les pasó ante Grecia, este sábado, no es poca cosa.
Luego de estar arriba en el marcador durante prácticamente todo el partido, gracias al tanto de Cristian Zúñiga a los 6 minutos, primero y después cuando los Guerreros del Sur marcaron el 2-0 al 84, por medio de un pepino de tiro libre de Creichel Pérez, cualquiera pensaría que la mejenga estaba liquidada, pero se equivocaron.
Además, Jussef Delgado, arquero sureño, hasta le había tapado un penal al artillero Bryan Rojas a los 48 minutos, por lo que todo marchaba viento en popa para los generaleños.
Lo que nadie contaba es que en los tres minutos finales, las Panteras igualarían la mejenga en un partido en el que, además, habían mostrado poco fútbol, pero que gracias a la táctica fija rescataron un punto que muchos ya daban por perdido.
Dos cobros de Esteban Ramírez devolvieron la vida al cuadro griego, primero en un tiro de esquina que rechazó la zaga de PZ y que le permitió a Jefferson Rivera marcar el descuento al 89. Ese pepino motivó a los griegos que se fueron con todo al cierre de la mejenga.
El empate llegó, luego de un tiro libre que Ramírez tiró a la olla, fue pivoteado con toda de su altura por el defensor Rodrigo Noya, quien la puso al centro para que apareciera Luis Rodríguez, en el área pequeña, para de un cabezazo poner el impensado 2-2, al 93.
A Pérez le entró la desesperación y les faltó colmillo en momentos claves, al dejar escapar una ventaja de 2-0 en los minutos finales, ante un rival que no los había exigido. Lo que parecía una celebración, se transformó en un colerón de los once mil diablos para los generaleños y no es para menos, ya que lo que les pasó no se puede tolerar.