Jerusalén acaparará titulares el fin de semana por cuestiones deportivas, porque tendrá por primera vez la salida de una de las grandes carreras del calendario ciclista, el Giro de Italia, el próximo miércoles 4 de mayo.
Todo comenzará el viernes con una contrarreloj individual en Jerusalén, en lo que será un día para la historia: ninguna de las tres grandes vueltas por etapas del mundo (Tour de Francia, Vuelta a España o Giro de Italia) ha hecho anteriormente una incursión fuera de Europa.
Después de la salida en Jerusalén, el Giro continuará con dos etapas en Israel, antes de trasladarse a Sicilia.
Esos primeros días del Giro significan un apoyo total a la campaña de Israel para presentarse al mundo como un destino turístico y deportivo, pese al interminable conflicto con los palestinos.
El viernes en Jerusalén, el pelotón medirá sus fuerzas en un recorrido de 10 kilómetros en la parte oeste de la ciudad, sin pisar la parte este, que Israel ocupa desde hace 50 años y que ha anexado, situación que la comunidad internacional no reconoce.
Esa etapa terminará cerca de la ciudad vieja, sede de algunos de los lugares religiosos más santos para el judaísmo, el cristianismo y el islam.
El sábado, en una etapa de 167 kilómetros, el pelotón partirá de la ciudad portuaria de Haifa, en el norte de Israel, célebre por los jardines de Bah-aï, una corriente religiosa que lucha a por “la singularidad del género humano”.
La caravana del Giro se dirigirá hacia la ciudad antigua de San Juan de Acre, antes de dar media vuelta hacia el sur y llegar a Tel Aviv, el centro económico y cultural israelí.
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La tercera y última etapa antes del traslado a Italia, de 226 kilómetros, empezará en Beersheva, en el sur de Israel. Pasará por el cráter de Ramon, el mayor del mundo, en el desierto de Negev, y terminará en Eilat, una localidad costera a orillas del mar Rojo.
Los ciclistas viajarán entonces a Sicilia para otras 18 etapas, antes de la meta final de esta edición, programada para el 27 de mayo en Roma.
Los militantes del BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) que denuncian la ocupación de los territorios palestinos han intentado, sin éxito, convencer a los organizadores que cambien el lugar de salida de este Giro.
Amir Halevy, director general del Ministerio de Turismo de Israel, estimó que tener el Giro constituye “un enorme éxito para el turismo”.
“Centenares de millones de personas en Europa y otros lugares del mundo van a ver la salida del Giro y podrán ver paisajes maravillosos, nuestros lugares religiosos, nuestras playas y el desierto”, celebró, en un año en el que Israel celebra sus 70 años de existencia.
Israel pagó 10 millones de euros para obtener la salida de la carrera, según los medios. Los responsables de la operación no han confirmado las cifras y únicamente han explicado que la suma es equivalente a la que se paga habitualmente en las otras salidas del Giro fuera de Italia.


