EscucharVanessa Jiménez, una indígena cabécar y fiebre del Herediano, hizo un esfuerzo enorme para poder cumplir uno de sus sueños: ver al Team en vivo.
Ella tuvo que emprender un viaje de tres días y una ruda caminata por la montaña de 17 horas, todo con el fin de ver a su amado equipo.
Pero su esfuerzo valió la pena, Jiménez no solo pudo ver al Herediano, sino que sintió el afecto que se respira en el seno del cuadro de las flores y quedó encantada.
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Vanessa vive en un lugar llamado Sitio Hilda, en las cercanías de cerro Chirripó. Jafet Soto, presidente de Fuerza Herediana, la invitó al juego de la semifinal ante Saprissa, pues ya habían tenido algún contacto, y también a que visitara el avance del estadio Eladio Rosabal.
El juego lo ganó el Team 2 a 0, aunque no pudo avanzar a la final, pues perdió 4 a 2.
La historia la dio a conocer la página oficial del Team.
Ella no puede ver los partidos del Team ni por tele, todo es por radio porque en su pueblo no hay señal de televisión ni Internet. Cuando el Team juega por la tarde, puede caminar dos horas para llegar a un sitio donde hay Internet y así poder ver a su querido equipo.
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La joven dice que su pueblo está conformado de 50 casitas y que todos son heredianos, que siguen con mucha pasión el torneo, aunque deben hacer todo ese sacrificio cuando lo quieren ver en vivo.
“Agradecer a Jafet Soto y a Heredia, fue muy complicada la salida, caminé 17 horas en la montaña para poder llegar acá y estoy feliz”, expresó la joven.
“Toda mi familia ha sido herediana de corazón, desde los 5 años yo escucho los partidos por radio”, manifestó la joven herediana.
El regreso a Sitio Hilda tomará también tres días, incluyendo otras 17 horas a pie en la montaña, pero Vanessa se lleva una experiencia única: vio a su querido Team ganar, conoció el estadio en obras y agradeció personalmente a Jafet Soto, a quien ya considera parte de su historia familiar.
