En la teoría pintaba que habría un fiestón en el Morera Soto. Era el primer partido de Joel Campbell en la casa de los rojinegros, estaban estrenando la chema de local y las graderías estaban casi llenas.
La noche tuvo lo suyo, ya que tanto Joel como Michael Barrantes anotaron sus primeros goles con el León, el duelo tuvo golazos y hasta su dosis de drama, pero los manudos terminaron con un mal sabor de boca ya que Liberia les terminó sacando un empate 3-3.
Pero yendo un poco atrás, hay que decir que ambas escuadras sorprendieron en la previa, ya que hicieron cambios en sus alineaciones. Los liberianos hicieron cinco cambios tras la goleada que recibieron ante Herediano, mientras que Alajuelense se mandó fuerte con siete. Las rotaciones en el cuadro erizo se entienden, por la cantidad de torneos que enfrentará en la temporada, pero ¿tantos?
Ya cuando el central pitó el inicio del juego, la balanza empezó a inclinarse a favor de los visitantes, los ataques por los costados y los pases rápidos empezaron a desestabilizar a la defensa manuda.
Aunque los erizos dieron varias respuestas por los costados, el típico problemas en el campeonato nacional, o sea, la falta de definición en el cierre de las jugadas, les estaba saliendo caro.
Al minuto 16, Andrés Jara tomó la bola por el costado izquierdo, se sacó unas marcas, se la dio a Marvin Angulo y este, como en sus tiempos dorados, se acomodó y de pierna derecha se la colocó al palo más largo de Miguel Ajú, la tan esperada anotación 100 del atacante fue un golazo y se celebró a lo grande.
Apenas la esférica pasó la linea de gol, Angulo abrazó a Malcon Pilone, corrió al banquillo, agarró una camiseta liberiana que tenía estampado su nombre con el número 100 y la alzó por todo lo alto.
Para muchos parecía una casualidad, creían que los locales encontrarían el empate y se encaminarían hacia el triunfo, no obstante, los guanacastecos se pusieron rebeldes y montaron su baile.
De a poco se fueron acomodando y al 27′ Angulo aplicó la frase de “si ya saben como me pongo, ¿pa’ qué me invitan?”, hizo un tiro de esquina por el costado izquierdo, sacó su maña de tirarla cerrada hacia el arco para intentar el gol olímpico, el resultado fue que Celso Borges la cabeceó y caprichosamente hizo un autogol.
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Cambios para balancear
Para la segunda parte, Andrés Carevic, en medio de su mirada de enojo por el marcador, empezó a mover sus fichas y la pegó, aceleró el ritmo de juego, pero las cosas salieron a medias.
La primera modificación antes de arrancar el complemento fue el ingreso de Doryan Rodríguez por Freddy Góndola y los aficionados se hicieron sentir con los silbidos hacia el panameño y aplaudiendo a su cachorro, al que le tienen mucha fe.
Esta escena se repitió al 56′ con el ingreso de Michael Barrantes por Alex López, fue el momento clave para que el relojito rojinegro empezara a andar con su ritmo a tope y los gritos de euforia empezaron a darse.
A partir de ahí se vio otro equipo, con más rapidez por los costados, más velocidad para dejar mal parado a Liberia y los resultados vinieron rápido.
Dos minutos después, Suhander Zúñiga corrió por el costado izquierdo, centró al área, el portero Johnny Alvarez la manoteó para desviarla, pero se la dejó servida a Doryan Rodríguez, quie cabeceó y descontó, la fe de remontar volvía.
El tiempo siguió avanzando, esto le gustaba a Alajuelense porque encontraba los espacios y cinco minutos después del gol de Doryan, Michael Barrantes aprovechó un rebote en un tiro de esquina para sacarse una marca en el área chica, rematar a ras de suelo y empatar los cartones.
Nuestro compañero Sergio Alvarado estaba en el estadio y nos pasó un dato que llamó la atención en la celebración de dicho pepino y fue cómo reaccionó Campbell.
“Anotó la Liga el empate, todos los jugadores se fueron a celebrar a una de las esquina, Joel los vio, se fue corriendo y en lugar de celebrar, se fue atrás, los empujó a todos literalmente praa que se fueran a jugar y pararan la celebración. Barrantes se quedó celebrando un toque más y Joel le decía que volviera a jugar de una”, contó Alvarado.
Mientras el tiempo era favorable para los manudos, los liberianos cayeron en la desesperación, que lo diga Diego Madrigal, que le reclamó al árbitro David Gómez, este no titubeó para amonestarlo y luego expulsarlo, Liberia se quedaba con 10.
Un minuto más tarde el central marcó un penal a favor de los locales y las esperanzas de dejarse los tres puntos estaban a flote.
Joel tomó la bola, respiró profundo, con un sutil toque hizo el tercer gol y lo celebró a lo grande.
Tenían el triunfo casi amarado, pero a ocho minutos del final, Liberia tuvo un tiro libre. José Huertas cobró como si fuera un misil, Ajú la tocó, pegó en el travesaño y el rebote lo aprovechó Kevin Cabezas para cabecear y sentenciar el empate a tres, en una mejenga de locos.



