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José Miguel Cubero: “Me asusté cuando me di cuenta que no me podía mover”

Volante de contención manudo habla de la lesión que lo mantuvo alejado de las canchas

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Luego de tres largos meses, José Miguel Cubero finalmente pudo tener contacto con la pecosa esta semana. Fotografía: Prensa Alajuelense

El volante de contención rojinegro José Miguel Cubero tuvo que esperar casi tres meses para superar una seria lesión en la espalda que lo alejó de su amada pecosa.

Su larga espera finalizó y Alajuelense lo confirmó al publicar en sus redes sociales una foto con la frase: “José Miguel Cubero realizó este martes (10 de noviembre) trabajos de readaptación en cancha con balón”.

La imagen parece normal, pero detrás tiene una historia llena de sacrificio, esfuerzo y paciencia. Cubero reconoce que esta es la lesión más ruda de su carrera, al punto que en algún momento pensó que no volvería a caminar con normalidad.

Su calvario comenzó durante un entrenamiento después de jugar la primera jornada del torneo, el sarchiseño saltó por un balón y cayó sobre su espalda. El golpe fue muy fuerte y pensó que todo quedaría ahí, pero no fue así como nos lo cuenta el jugador, que ahora se esfuerza para regresar a las mejengas en diciembre.

–¿Cómo tomó la lesión apenas iniciando el torneo?

Al principio fue difícil, porque siento que la pretemporada la había hecho con buen nivel. Inicié jugando el primer partido contra Pérez Zeledón y se me vino la lesión, un día antes del partido frente a Guadalupe, fue un viernes. El día que me pasó (viernes 21 de agosto) un compañero me tuvo que ayudar a cambiarme en el camerino y a como pude me bañé.

De ahí en adelante todo fue duro, especialmente las primeras seis semanas porque el dolor persistía.

Las primeras dos semanas no me podía mover por mi cuenta, tenía que buscar a alguien que me ayudara, no podía manejar, ni levantarme de la cama.

Don José Miguel fue una de las piezas claves para ayudar a su hijo en su recuperación al igual que muchos de sus familiares. Foto: Steven Oviedo

–¿Es la lesión más dura que ha enfrentado en su carrera?

Sí, aunque ya había tenido una lesión bastante seria a los 20 años por la que paré año y medio, pero en ese entonces solo tenía dos partidos en primera. Con esta última me asusté cuando me di cuenta que no me podía mover.

Al principio pensamos que solo era una contractura en la zona lumbar, pero cuando llegué a la casa y me intenté levantar de la cama, no podía hacerlo. Me asusté mucho y llamé al doctor, me enviaron unos antinflamatorios. Al día siguiente fui a entrenar y fue peor, por lo que me hicieron exámenes y resonancias.

–¿Cuál fue el momento en el que más se asustó?

La parte más difícil fue cuando me dieron los resultados y tenía cuatro fracturas completas en las vértebras, me mandaron con un ortopedista para saber si me tenían que hacer una cirugía en la columna, ahí pensé en lo peor.

–¿Al conocer el resultado sintió temor de no volver a caminar?

Sí, la verdad que sí, era tanto el dolor que cuando fui a la cita con el doctor Andrés Angulo García le dije: “doctor, yo tengo 33 años y quiero quedar bien para el resto de la vida, sin secuelas”.

Él me dijo: “Tranquilo Cube, pero si te vas a ir un mínimo de tres meses”. Me pusieron un corsé para estabilizar un poco y me mandaron reposo, no podía alzar nada, tenía que cuidarme muchísimo.

El doctor Alfredo Gómez fue otro que ayudó muchísimo a Cubero en su recuperación. Foto Francisco Barrantes (Francisco Barrantes)

–¿Qué pasó después?

Una de las cuatro fracturas que tenía era de cuidado, pues según el doctor las demás se podían manejar y hasta seguir jugando, pero la más peligrosa estaba en el centro de la vértebra y necesitábamos que soldara sí o sí después de las primeras seis semanas.

Por dicha sanó, la semana pasada me hicieron un ultrasonido y todavía me quedan las otras tres fracturas, pero puedo jugar. El doctor dice que voy a quedar con un dolor, pero es parte de. Es por eso que ahora me dejan hacer trabajos en cancha.

–¿Si esta vértebra no sanaba significaba su retiro del fútbol?

Si no sanaba otra opción era una cirugía, pero tenían que meter unos tornillos y eso hubiera complicado mi carrera, ya que podía estar hasta un año afuera. Lo que me salvó fue que las fracturas no se desplazaron, es decir, los huesos no se corrieron, así que no hubo que acomodarlos. En mi caso solo hubo que esperar a que se hiciera un callo óseo.

–¿Hay posibilidades de que regrese para este torneo?

Ahorita calculamos que tal vez en un par de semanas, ya le voy a estar metiendo cargas al cuerpo y esperando que bajen las molestias. Estoy trabajando con el preparador físico Juanca (Herrera), los fisioterapeutas (Javier) Baldí y Jorge (Álvarez), tengo que agradecerles mucho a ellos porque en las primeras semanas fueron vitales en la recuperación, a la junta directiva y a don Agustín (Lleida), quienes me dieron todo lo necesario para recuperarme.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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