El futbolista paraguayo Renato Mancia está lleno de nostalgia en su natal Asunción, Paraguay, de saber que sus compañeros en La U - Universitarios regresaron a los entrenamientos y que para él es imposible tomar un avión para regresar.

El martes 17 de marzo Unafut tomó la decisión de suspender el torneo de Clausura 2020 debido a la situación que vivía el país por el coronavirus y tres días después Renato jaló a su país para estar con su familia.

Pero con las fronteras ticas cerradas y las paraguayas también, es imposible que Mancia y su compatriota Pedro Baez, también jugador de los universitarios se reincorporen al club.

“Me pican los pies, tengo muchas ganas de volver a entrenar. Al ver a los compañeros (entrenar) se siente una impotencia, pero se nos escapa de las manos”, comentó Renato desde suelo sudamericano.

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“Claro (ya estaría en Costa Rica si pudiera), hubiera regresado porque tanto Pedro como yo estamos muy comprometidos con el club, ya que nos estamos enfocando (no descender), para completar las siete fechas faltantes”, agregó.

El volante, de 22 años, reconoce que estaba encantado en el país, que le gustó el fútbol tico y aunque tiene contrato con los académicos hasta la conclusión del presente torneo, le gustaría quedarse en Costa Rica jugando con Universitarios o algún otro club.

Apenas pudo volver

El regreso a su casa no fue fácil, llegó a Paraguay en el último vuelo que había disponible.

Renato corrió el riesgo hasta de quedarse varado en Panamá porque la situación en los aeropuertos se estaba poniendo fea mientras viajaban. En suelo panameño hicieron una escala después de salir del aeropuerto internacional Juan Santamaría de Alajuela.

“Yo creía que la mejor opción era volver a mi país y que podíamos regresar cuando todo pasara, pero en Costa Rica se adelantaron con la decisión de cerrar fronteras y así de rápido tuvimos que tomar la decisión, o nos quedamos o nos íbamos.

“Por suerte pude llegar en el último vuelo, después ya no se podía ingresar. Hubo un problemita que nos dijeron que cancelaron el vuelo, pero era porque el avión no tenía tantos pasajeros para realizar el vuelo y nos cambiaron al último, este sí iba lleno, fue tenso ese vuelo porque ya sabíamos que estaba fuerte el tema con las medidas de precaución. Tuvimos que esperar como diez horas en Panamá”, dijo Renato.

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Cuando llegó a su tierra, el sudamericano, tomó la decisión de aislarse, ya que su gobierno no lo pedía como requisito, por lo que estuvo solo en una casa durante diez días, ya que él vive con sus abuelos y como ambos son de alto riesgo no quería exponerlos.

“Estoy con mi papá (David Mencia), mi mamá (Juana García) y abuelos (Enrique Mencia y Ana Núñez), mis hermanos (Jazmín Mencia, Isaías García y Johana García), estamos cuidándonos de todo este tema que es muy delicado”, contó.

Mancia y Baez pasan en contacto con el club y siguen entrenando de manera virtual. Además, ellos conversan mucho para estar listos cuando haya chance de volver a Tiquicia.

“Era un riesgo, pero por suerte el club se está portando de la mejor manera. Me voy enterando poco a poco de lo que pasa en Costa Rica, me preocupa porque es donde trabajo y siempre miro a ver de qué me entero en el ámbito político y deportivo”, reconoció.