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Doña Julieta Quesada estuvo esperando con ansias este domingo porque lo único que anhela es ver a su amado equipo levantar de nuevo la copa de campeón.
Aunque el deseo es el mismo que el de millones de manudos, esta señorona alajuelense no es una aficionada común y corriente. Es más, es posible que los manudos más fiebres la hayan visto en el estadio o en otros eventos de la Liga.
Popularmente la han bautizado como “la abuelita manuda”, porque a lo largo de sus 80 años siempre ha acompañado al equipo.
Ese amor por el rojo y el negro lo heredó de abuelo y de su padre, mismo que le legó a toda su familia. Nadie se puede salir del saco del León.
“Yo estoy esperando celebrar el domingo, pidiéndole a Dios que los muchachos hagan bien su trabajo, por un lado estoy feliz, vamos muy confiados por el rendimiento que está mostrando el equipo, pero es fútbol y bueno, hay que esperar”, nos contó de primera entrada sobre cómo ve la final.
Antes de la pandemia, ella no faltaba a la Catedral, iba acompañada de sus amigos del grupo “el balcón rojinegro”, que se ubican el sector de popular oeste. Incluso, dice que hasta se iba a meter con la 12.
“A mí me gusta sentarme con la canalla, a mí no me hace gracia platea ni palcos ni eso porque no se canta, no gritan ni nada y a mí me gusta cantar y gritar y todo. No se vive con la misma pasión, se me hace muy aburrido”, dice entre risas.
A doña Julieta le han dado la oportunidad hasta de hacer el saque de honor en juegos de los erizos.
Esa pasión que a ella le brota por la Liga es la que la ha hecho tan famosa entre los rojinegros y aunque no usa redes sociales, sí es tema de conversación entres los fiebres rojinegros por el ejemplo que representa.
La fama de doña Julieta en la Liga es tal que tiene fotos con prácticamente todos los ídolos de la institución y hace unas semanas hasta participó en la grabación del video musical “Mira qué bonita”, una colaboración entre Gonín y el grupo de música manuda 11/04.
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“Me extrañó mucho participar en algo así, nada más me dijeron que si podía ir, fui y más bien me sentí muy honrada, muy emocionada que me tomaran en cuenta, algo muy diferente, pero bonito.
“El día que fui al estadio para eso, de suerte estaban los jugadores entrenando en el estadio ese día, así que los pude saludar, algunos que aún estaban salieron y me saludaron muy amables”, recordó feliz.
Ese día la abuelita hasta salió de la mano de Bryan Ruiz con foto y todo, junto a otros jugadores como Adolfo Machado y Mauricio Vargas, además salió premiada porque José Salvatierra le regaló su chema.
“Eso fue un regalo de Dios, que pude encontrar a varios, que justamente estuvieran ahí ese día porque ellos siempre entrenan en Turrúcares, todos muy amables y cariñosos, aproveché para sacarme fotos y autógrafos, viera qué lindo todo”, contó con una emoción indescriptible.
Ver a la Liga, no perderse ningún partido y asistir a las actividades relacionadas con el club son parte de las cosas que aún la mantienen puras tejas y con fuerzas.
La señora, como buena fiebre que es, asegura ya tener listo el ritual para ver la mejenga en la que su equipo podría alcanzar la famosa 30.
“Me toca ver el partido en la casa, pero bien uniformada, por supuesto, me pongo cualquier camisa de la Liga, porque tengo varias, yo digo que para apoyar mentalmente y a la distancia, me pongo aretes con el escudo y otras cosas”.
En su casa, en Hatillo Tres, tiene un cuarto, --el de ella, por supuesto-- totalmente adornado de cosas de la Liga para armar todo un ambiente rojinegro.
“Me hace gracia que a veces voy a comprar algo a la carnicería, a la pulpería o a hacer cualquier mandado y me dicen que por qué no ando vestida de liguista, que qué pasó con la camisa de la Liga, la gente ya se extraña sino me ve así”.
Doña Julieta no desaprovechó la oportunidad para mandarle un mensaje a los jugadores manudos y al técnico Andrés Carevic.
“Les digo que tengan mucha confianza en ellos mismos, que estén concentrados, que no caigan en provocaciones y que Dios los ayude. A don Andrés le digo que le admiro y le doy las gracias por tenernos ahí donde nos puso, que Dios lo ilumine para tomar las mejores decisiones”.
