La contratación morada que cambió al Saprissa

Asistente técnico Marco Herrera dio equilibrio al equipo de Wálter Centeno

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A veces las contrataciones más importantes se dan sin bombos y platillos, muchos ni se enteran de su llegada, trabajan calladitos y se convierten en una pieza clave para el equipo, el mejor ejemplo de esto es Marco Herrera en Saprissa.

Marco es uno de los asistentes técnicos de Wálter Centeno, cumplió ese rol a la perfección y sin duda tuvo un aporte fundamental para que Saprissa adquiriera un equilibro en defensa que fue clave para que los morados alzaran la 35.

El exjugador mantiene un perfil bajo, este martes habló con La Teja y durante la entrevista no admitió un reconocimiento para él, siempre habló del equipo técnico y de la inteligencia del Paté porque escuchó, evolucionó y moldeó el equipo a las circunstancias del partido.

“Para uno es difícil contestar eso (qué tanta injerencia tuvo en el título), hablo en equipo, hay quizás una mano importante que se dio y también estuvo la mano de Dios, porque sin entrar en religiones ni nada por el estilo, el equipo estaba bien espiritualmente.

“No me gusta hablar de mí en este caso, el manejo fue en equipo y Wálter fue inteligente porque escuchó, pero no solo a mí, a muchos”, explicó.

Herrera llegó al equipo morado en octubre del 2019, cuando Victor Cordero recién había asumido como gerente deportivo y detectó lo que a todas luces se veía, un Saprissa muy alegre al ataque, pero muy frágil en defensa.

Eran tiempos donde goleaba a los equipos chicos, pero contra los grandes se hacía chiquitico. Marco llegó con la tarea de enmendar la defensa. El torneo anterior no les dio la cuerda y ni siquiera llegaron a la final, pero en este ya se vio su mano.

“Lo que explico no es sencillo. La gente debe entender que Wálter evolucionó y coincidió con la llegada de uno, pero fue un trabajo de equipo. Wálter adquirió madurez y escuchó a los asistentes, a Henry Acosta, a Porritas, que es importante en la institución, a mí y a otros exjugadores. Él cree en una cosa y le inyecta algo que aprende”, aseguró Herrera.

Sin duda, eso lo aplicó en la final. Saprissa olvidó el tiquitaca, la tenencia de pelota, para apostar por un fútbol más directo, a reventar si se está en apuros, a tirar un balonazo dirigido y contragolpear. Esos ajustes son parte de la evolución de la que habla Marco.

Herrera le da todo el mérito a Wálter en primera instancia y al grupo detrás de él que abarca asistentes, jugadores y los administrativos, que pusieron de su parte y tomaron un rol determinante en la pandemia.

“El título sabe muy bien sobre todo porque Alajuelense tiene muchos recursos ofensivos. Tiene a uno de los goleadores de clásicos (Jonathan McDonald), tiene a Jonathan Moya, un delantero que para mí tiene proyección internacional y por los costados cuenta con un par de balas. Eso realza el triunfo porque fue ante un gran rival”, dijo.

Para eso, Saprissa tuvo ese equilibro entre ataque y defensa que el cuadro logró pulir con el tiempo, pero también logró el balance casi perfecto entre experiencia con liderazgo y juventud, con ganas y talento.

“Eso es importante y este Saprissa es uno de los equipos que mejor refleja esa balanza en los últimos años”, aseguró Marco.