La teja de 'Bigmac' y el triunfo ilusiona a los manudos

La ilusión de los liguistas en un torneo que los lleve de nuevo a la ruta del título arrancó con un gesto clave: Jonathan McDonald elevando la camiseta con la que celebró sus 100 goles en la primera división.

Es un gol de que da tres puntos y un debut con esperanza para muchos manudos aunque al frente tuvieron a un combativo Grecia que bien pudo llevarse algo más que una derrota de 2 a 1.

A los 67 minutos, una mano del griego Keisher Fuller se convirtió en el penal que metió a Bigmac en el club de los que tienen la tejita de pepinos.

Desde el manchón blanco el atacante no perdonó y, según confesó al final del partido, cambió el remate a último momento.

Si para muchos McDonald es el referente de la Liga y sus acciones marcan su futuro tanto para bien como para mal, entonces sin duda los erizos arrancaron con el pie derecho.

En un llenazo en el estadio Allen Rigionni, en Grecia, las promesas de la famosa copa 30 aparecieron en el discurso manudo. Sienten tener un plantel que les permite soñar.

La mejenga fue como una extensión del torneo anterior, con Wilmer López dirigiendo en el banquillo y el mismo cuadro de la temporada pasada pero sin el peso que arrastraban del desastroso paso que dejó Benito Floro.

El Pato se enfrentó una vez más al Paté y de nuevo, como el torneo anterior, López sacó la ventaja aunque ahora en un duelo más parejo.

La táctica fija fue la gran aliada de los rojinegros y sus dos goles cayeron por esa vía. Los manudos se adelantaron en el marcador a los 25 minutos con un pepinazo de tiro libre de José Luis Cordero.

Los arranques le sientan bien al Chama porque en su tercer torneo como manudo ha sido el encargado en todos de ser el primer anotador de su club.

Grecia presionó sobre el marco de Adonis Pineda y en una el chamaco reaccionó bien y en otras los griegos se la perdieron feo, como en un cabezazo de Jean Carlos Sánchez apenas arrancando el juego.

Johan Condega fue otro que probó al muchacho de Hojancha (Adonis), a quien vencieron hasta el segundo tiempo con el momentáneo empate de Alberto Villalobos cuando se jugaban 57 minutos.

El atacante griego finalmente logró cerrar uno de los tantos centros que mandaron los locales al segundo palo y que, en su mayoría, fueron rechazados por la zaga manuda.

Si el cuadro de Centeno logra mantener su esencia y estilo de fútbol de toque y chineo de la pecosa, sin meterse en los pelotazos en los que cayó en el primer tiempo, ojo que tiene con qué pelear.

Con jugadores como Harry Rojas, Keneth Cerdas y Johan Condega en la media puede armarla bonito, esperando que arriba Villalobos y Allan Alemán la claven.

De lejitos

La plantilla de Alajuelese se vio a medias. Todos sus refuerzos debieron esperar mientras les habilitan el permiso de trabajo (en el caso de los extranjeros) o que los inscriban, como con José Miguel Cubero.

La Liga se la jugaba con lo que tenía, que era lo mismo del torneo anterior, mientras sus refuerzos veían el partido en las gradas deseosos de entrar, Nicolás Dos Santos incluido.

El técnico erizo tuvo que ver a su cuadro de larguito, pero desde ahí –según explicó el Pato– iba dirigiendo los hilos de su equipo, como todo un titiritero.

Con mucha malicia, el charrúa y su asistente se clavaron en una sala donde estaban las cámaras de televisión y desde ahí Dos Santos recetaba indicaciones, hasta que lo vieron y para el segundo tiempo lo mandaron a la gradería sur.

En los últimos torneos con la Liga es ver para creer. A veces le pasa aquello de mucho rinrín y nada de helados, pero en este torneo hay una diferencia: el discurso y la convicción de un título, que en la era de Benito pocos se atrevían a mencionar, empezando por el entrenador.