Las barras organizadas de Saprissa y Alajuelense se bailaron a las autoridades y agarraron en curva a Sporting y San Carlos y lograron entrar a los estadios a pesar de que una ley les prohíbe el ingreso.
Desde el domingo intentamos localizar a doña Vicky Ross, presidenta de la Unafut, pero ayer tampoco respondió mensajes ni llamadas, ni tampoco envió las respuestas a las preguntas que le enviamos a través del departamento de prensa.
Y es que después del horror en México, la noche del sábado, con la batalla campal entre las barras bravas de Gallos de Querétaro y los Zorros del Atlas, este domingo sorprendió ver llegar la Ultra al Cuty Monge, para el juego del Sporting contra el Monstruo, y a La Doce en el Carlos Ugalde, en el partido entre San Carlos y los rojinegros.
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Según reconocieron los dirigentes de los equipos locales, no previeron que las barras pudieran visitar sus sedes y cuando ya los vieron adentro prefirieron dejarlos quediticos para evitar una reacción violenta.
Los liguistas también se metieron el 13 de febrero en el clásico en el Estadio Nacional.
La ley número 9878, llamada “Ley contra la violencia y el racismo en el deporte” que se aprobó en noviembre del 2020, establece que los equipos deben quitar los espacios que anteriormente se destinaban para las “barras bravas” para minimizar el riesgo de conductas inadecuadas de parte de los hinchas.
Sorprendidos
El presidente de San Carlos, Sergio Chaves, afirmó desconocer que La Doce llegaría.
“Nosotros no teníamos conocimiento de que la barra iba a llegar. Al verlos ahí, conversamos con la seguridad del estadio y Fuerza Pública y coordinamos para resguardarlos.
“Estas son cosas que uno no prevé, nosotros estamos en contra de las barras, pero logramos manejarlas de buena forma para que al final no nos fueran a causar problemas ni a nosotros ni a los vecinos”, manifestó.
El presi norteño recordó que antes de la pandemia, en los Toros tenían un protocolo para velar por la seguridad e integridad de los aficionados.
“Si sabíamos que los miembros de las barras iban a llegar al estadio coordinábamos con la Fuerza Pública para que ellos los monitorearan en el camino al Carlos Ugalde.
“Vamos a tener que retomar el asunto, hablar con todos los encargados de las barras, para evitar incidentes, porque ellos como barra no pueden entrar a los estadios”, enfatizó.
El dirigente norteño afirmó que controlar la llegada de las barras es difícil, porque los miembros de estos grupos se las ingenian para burlar los controles de seguridad.
“Hay que buscar la forma de controlarlo, hay que seguirlo intentando, pese a que ellos buscan la forma de entrar al estadio y agruparse dentro del mismo”, destacó.
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El gerente general del Sporting, Olman Vega aseguró desconocer que La Ultra Morada estaba en el estuche desamparadeño, pese a que la barra llegó bien identificada y hasta colocaron pancartas en las mallas. Y sobre su presencia se mostró paños tibios.
“Nosotros no le asignamos un espacio, ellos escogieron en dónde ubicarse y a mí no me preocupó verlos ahí porque estaban en una actividad normal.
“En ningún momento los vi agresivos, no los percibí así, porque no estaban solo ellos, el noventa y cinco por ciento de los aficionados eran saprissistas”, aseguró.
Vega expresó que al iniciar el partido no tomaron medidas adicionales de seguridad, porque vieron a la barra tranquila.
“Yo no determiné que era la Ultra Morada, los vi organizados y uno espera que se comporten bien y no para que sean reprimidos.
“Teníamos dos anillos de seguridad, dentro y fuera del estadio y había cerca de cien efectivos, entre seguridad privada y Fuerza Pública y no los vimos haciendo gran cosa”, explicó.
El dirigente josefino aceptó que no apoya a las barras organizadas, pero en su criterio, la experiencia del domingo anterior no provoca que deba rechazar las barras cuando su equipo vuelva a jugar de local, esto a pesar que existe una ley que lo prohíbe.
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“Hay prevenciones normales de Fuerza Pública, con un plan operativo de seguridad y nosotros no temíamos por la barra, nuestro principal temor era el árbitro Christian Rodríguez y así fue, de lo que yo tengo quejas es del arbitraje”, recalcó.
Se pasan la bola
La Teja consultó al Sapri sobre el tema y respondieron: “al ser un evento organizado por otro club, el Deportivo Saprissa no se referirá a este caso específico”.
También se le preguntó a la Liga Deportiva Alajuelense y la respuesta fue casi idéntica: “el club no tiene que referirse a una organización ajena”.
Sobre lo ocurrido, el Ministerio de Seguridad Pública aclaró que la Policía “vela por la seguridad a las afueras de los estadios. Los eventos son de índole privado y los equipos velan por la seguridad a lo interno”.
Castigos
La diputada María José Corrales, quien impulsó la aprobación de la ley antibarras en la Asamblea Legislativa destacó que pueden haber consecuencias penales y sanciones administrativas para los equipos que dejen entrar a las barras a los estadios.
“Dichas sanciones abarcan desde la imposición de sanciones económicas hasta el retiro de licencias deportivas, que pueden enfrentar jugadores, árbitros o jueces deportivos”, expresó.