Después del bochornoso final del juego entre San Pablo de Heredia y Barriada FC de Puntarenas por los cuartos de final de Linafa, donde hubo disparos en medio de un gran pleito, la dirigencia del fútbol aficionado encendió las alarmas y le pondrá el pecho a las balas para encontrar una pronta solución.

Como consecuencia de esos hechos, la Fiscalía Adjunta de Heredia informó que investiga a un hombre de apellidos Pérez Arias, “quien figura como sospechoso del delito de portación ilegal de arma”.

El propio domingo se le tomó la declaración y, tras corroborarse que cuenta con los arraigos de casa, trabajo y familia, no se solicitaron medidas cautelares en su contra.

La policía municipal de San Pablo había detenido a cuatro personas más, pero estas quedaron en libertad.

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Además, el hombre que recibió un impacto de bala en el muslo derecho, un aficionado porteño identificado por la Fuerza Pública como Anthony José Urbina Contreras, no quiso interponer denuncia por la agresión.

“Es un acto reprochable, es algo que hemos trabajado durante muchos años para intentar erradicarlo, es lamentable porque son equipos de canchas abiertas que hacen esfuerzos muy grandes para estar en una primera división, intentando llegar primero a la segunda. De nuestra parte, tenemos un protocolo de resguardo hacia los equipos en el área de la cancha y no en la parte externa, como deben comprender, el 90% tiene canchas que no son estadios”, explicó el presidente de Linafa, Juan Carlos Román.

Eso sí, Román asegura que es la primera vez que pasa un problema tan extremo como este.

“Si algún jugador se pasa a las barras o incita a pelear, tenemos el doble o triple de sanción comparado a primera y segunda división, son tres o cuatro años fuera porque en esto somos muy rigurosos. Eso se da fuera de la cancha, pero vamos a ver cómo podemos hablar con las autoridades para los partidos finales”, agregó Román.

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En alerta

Con la cancha de Los Presidentes a reventar, las consecuencias pudieron ser muy lamentables, por eso las autoridades trabajarán en soluciones.

Por ser un juego de fútbol aficionado y en cancha abierta, el director general de la Fuerza Pública, Daniel Calderón, confirmó que no hubo ningún protocolo de seguridad, ni se reforzó la zona con más policías, tal y como se hace cuando se disputan juegos de la Liga de Ascenso o primera división.

“Ante la gravedad de los hechos que se presentaron, inmediatamente hubo respuesta policial, que fue la que permitió, en conjunto con la policía municipal de la zona, detener a las personas responsables e incluso decomisar las armas de fuego”, indicó Calderón.

Justamente este detalle, el de la seguridad, es en el que trabajará Linafa, empezando en los próximos juegos semifinales (San Pablo de Heredia - Barrio México y San Luis de Puntarenas - El Guarco de Cartago).

“Estas series se deberán jugar en estadios avalados por la comisión de la Primera División Aficionada y los equipos locales tendrán que contar con un plan de seguridad avalada”, asegura en Linafa.

Uno de los problemas es que por costos es complicado que los equipos paguen seguridad privada para que revise a cada uno de los aficionados.

“Sí podríamos ayudar a pagar la seguridad, hay algunos que ya tiene un sistema porque casi siempre son los mismos equipos que llegan (a rondas finales), solo uno o dos nuevos se meten”, comentó el presi de esa liga.