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Los malos caminos no le preocupan a este fiebre de los motores

Este Jeep Wrangler modelo 2000 tiene un maquinón para trepar cualquier montaña y pasar por los caminos más complicados

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Cualquier chofer se agüeva cuando de topa con una calle hecha leña, por lo que trata de no pasar por ahí para no maltratar el chuzo, pero para Esteban Aguilar eso no es motivo para despeinarse y más bien se emociona porque se le presenta la oportunidad para lucir y poner a prueba su Jeep Wrangler.

“No me enojan para nada los malos caminos”, dijo sonriente.

La nave de Aguilar es modelo 2000, tiene motor 4.000 cc, seis cilindros y dos puertas.

Hace cuatro años que Esteban anda manejando este carrote, lo compró después de probar a fondo con motocicletas y cuadraciclos.

¿Qué cuidados se debe tener al acercarse al motor del vehículo cuando está encendido y con la tapa del motor abierta?
“Si por algún motivo debe acercarse al motor, ya sea para escuchar algún sonido, buscar alguna fuga o simplemente revisar los niveles de fluidos, debe tener mucha precaución si el motor está encendido en especial las personas que tienen cabello largo, ya que se podrían prensar o jalar el cabello con las poleas y las fajas del motor provocando un accidente. Lo mismo puede pasar si porta cadenas o pulseras que puedan ser alcanzadas por las poleas o las fajas. También tenga cuidado con tocar el motor porque este normalmente se calienta bastante y pueden ocasionar quemaduras de cuidado”, indicó Bryan Guido, mecánico automotriz (teléfono: 8603-5135).

“Lo compré cuando decidí meterme a esto del cuatro por cuatro, el carro traía un poquito de modificaciones y el resto yo se lo he ido haciendo conforme uno lo vaya necesitando o qué tanto se mete a la montaña. A mí me gusta lo extremo totalmente y este carro tiene lo necesario para salir, aunque siempre hay cosillas que se rompen”, contó orgulloso este vecino de Ciudad Colón.

Dice Aguilar que entre más duro esté el camino, más satisfecho sale porque ya le ha tocado ir a lugares flojos y quedo con ganas, como que le faltó algo.

“Mi afición nace hace quince años con las motos y los cuadras. Ahí seguí y llegué a un punto en que el grupillo casi ni salía, entonces los vendí y decidí empezar con un cuatro por cuatro. La moto y el cuadra son bonitos, pero me llena más el carro y lo disfruto mucho porque puedo compartir con mi familia, ya que puedo llevarlos a rides menos duros. Además disfruto el barro, porque entre más malo este el camino más lo disfruto", enfatizó.

A sus 45 años de edad, este fiebrazo está bien apuntado, ya que su vida está rodeada de chuzos pues tiene una estética de autos en las que los limpian y les hace muchos chineos.

Esteban dice que el lugar más complicado por el que se ha metido con su Jeep fue en Carara, en la ruta conocida como La Escuelita.

“Ahí son puros trillos, fuimos doce carros y lo hicimos entrando un sábado a las 8:30 de la mañana y salimos al domingo a las cinco de la mañana porque hay que ir abriendo camino, hay que ir improvisando, es bastante rudo.

“La he hecho solo una vez en carro, en cuadra y moto si lo hacía más, pero tampoco es para estar yendo a cada rato porque se sufre, se trabaja bastante. Es la más dura, hay otras complicadas, pero el terreno de esta es muy complicado, es resbaloso y no es cualquier llanta la que entra, ahí se trabaja perfecto con las cadenas porque se pasa por partes reducidas con un guindo a un lado y al otro, por lo que uno puede quedar colgado”, contó.

Justamente después de tirarse estas aventuras tan rudas, el carro puede quedar golpeado o con partes dañadas, pero la salvada es que Esteban dice que aquí se encuentra de todo y de no ser así manda a traer los repuestos a Estados Unidos y en dos toques los tiene en la casa.

Andrés Mora

Periodista con licenciatura en Comunicación de Mercadeo. Forma parte del equipo de Deportes. En Grupo Nación desde noviembre del 2011.

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