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Los postes y la resistencia del Saprissa fueron el gran rival de Alajuelense

Clásico fue muy pulseado en una lucha sin cuartel en Tibás

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Aguantando con diez jugadores por más de 65 minutos, con cuatro remates que le vibraron el palo, Saprissa resistió para rescatar un empate a uno ante Alajuelense en un peleadísimo clásico en la Cueva.

Bajo el lema “Obey your Master” (obedece a tu maestro) del piezón del heavy metal, Master of Puppets de la banda estaodounidense Metallica, el Monstruo salió a cancha tratando de darle un poco de color al inicio, pero sin pólvora, humo o luces, se quedan cortas este tipo de presentaciones.

La frase claramente no era elegida al azar, sino un mensaje a su archirrival de que en el clásico nacional es el que pone la reglas, el que manda, más en su casa, el asunto es si “el alumno” se iba a dejar luego de un arranque a todo vapor en el torneo.

Y lo demostró apenas en la primera jugada que le quedó, en solo cuatro minutos, los rojinegros se trajeron abajo a la defensa infranqueable de la S, esa que llegó al clásico sin haber recibido un solo gol en el campeonato,

Leonel Moreira hizo un saque largo hacia el medio campo morado, Carlos Mora vio el recorrido de la pecosa, hizo el pique y le ganó a todos en el olfato de la jugada.

Los morados la dejaron picar y allí el escazuceño se la ganó a todos, le robó la billetera a Fidel Escobar y Kendall Waston y ni se diga a Kevin Chamorro. Morita se metió entre los tres y definió con el marco solo.

Derribar con rapidez y facilidad lo que había sido la principal virtud morada, llenó a la Liga de confianza para un partido que fue una guerra, en el que sobró la lima y el bizcocho de parte de los dos, lo que trajo por lógica muchas amarillas y hasta una roja.

El que se fue antes de tiempo fue Ariel Rodríguez, quien le metió un planchetazo a la altura de la rodilla a Mora, jugada en la que Juan Gabriel Calderón no dudó en echarlo apenas a los 25 minutos.

La Liga tenía más manejo de bola y mejores opciones que especialmente por el buen brete de Kevin Chamorro en el primer tiempo no se sumaron al marcador. El León tuvo cuatro remates a marco, todos de peligro.

Saprissa terminó presionando en la etapa inicial y en un tiro de esquina que hizo Mariano Torres, la chocobola cayó en la jupa de Kendall Waston, Leo Moreira rechazó, David Guzmán pegó el rebote en el palo y en el otro rebote ahora sí la Torre la mandó al fondo.

La manera como Jeaustin Campos y la banca morada celebraron el gol es una muestra de lo que significó, fue un desahogo muy grande.

Para el segundo tiempo, la tónica se mantuvo, el peso del juego lo tuvo el visitante, especialmente de la mano de un inspiradísimo Mora, cualquiera que haya visto la mejenga no tiene reparo en decir que fue la figura del partido, no lo podían frenar.

Los palos salvaron a Saprissa en al menos cuatro oportunidades, tal como le pasó a la Liga en la inicial. Los remates de Aarón Suárez, dos de Mora y ni que se diga la Josimar Alcócer, todas con sello de gol, se estrellaron en los palos, portero sin suerte no es portero.

Alajuelense hizo un buen juego en Tibás, demostró que los famosos partidos grandes ya no se comen a Andrés Carevic, pero se fue con un sinsabor de que se pudo llevar algo más.

Saprissa tuvo éxito en aguantar, fue resiliente a pesar de no mostrar su mejor versión, demostró que sabe arreglárselas para salir bien parado ante su archirrival.

Esta nota llega cortesía de Ferretería Brenes

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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