Víctor Salazar será una de las personas más envidiadas este miércoles, ya que desde la ventana de su cuarto se podrá tirar la final del torneo de Clausura entre Herediano y Saprissa.
La casa en la que vive Salazar y su mamá, doña Gloria Soto, está a la par del estadio Colleya Fonseca, el escenario que escogió el Team para disputar este crucial partido contra los morados, que se jugará a las 9 de la noche.
Es la primera vez que se jugará una final nacional en este escenario y por eso este estudiante de Administración de Empresas y sus vecinos están como locos por ver el encuentro.
Por la ventana del cuarto de Víctor se ve toda la cancha, lo único que no puede apreciar es el marco del costado oeste. También se puede subir al techo de la cocina para tener una mejor visibilidad.
Víctor dice que aunque es liguista, no se perderá la mejenga ya que es amante del fútbol.
“Soy manudo de corazón, pero más allá de eso soy muy futbolero. No había pensado en subirme al techo, lo haré si no llueve y si algún amigo morado me llama para pedirme ver el partido”.
Desde chamaco
La familia de Víctor vive en esa casa desde hace 37 años y en ese entonces ya estaba construido el estadio guadalupano.
“He visto muchos partidos, desde que empezó a jugar Barrio México, ahora con Guadalupe, todos mis amigos tienen que ver con el hecho de que mi casa colinde con el estadio.
“He visto juegos de primera división, de divisiones menores y por eso me gusta el fútbol, porque siempre he visto partidos, este ha sido mi cuarto toda la vida, no se paga entrada, puedo comer y tomar lo que quiera”, manifestó.
El aficionado rojinegro comentó que la casa de uno de sus vecinos es de una planta, pero desde hace un tiempo se las ingenió y colocó una especie de asientos para no perderse las mejengas.
Debido a la pandemia, pocos son los compas que ven partidos con Víctor en el cuarto o en el techo, pero antes de eso, nunca faltaba alguien que lo acompañara.
“Cuando no estábamos en la pandemia, siempre me buscaban para ver partidos de otros equipos. Nos poníamos de acuerdo, comprábamos algo de comer y nos tomábamos unas birritas.
“Aún no me han llamado, pero posiblemente uno de mis amigos morados me pida ver el partido acá y como no juega mi equipo lo veré con una camisa neutral, no usaré la de la Liga”, comentó.
Pero, ¿cuánto cobraría para que una persona vea el juego en su casa?
Víctor ahorita no le daría posada a cualquiera, pues cuida mucho a su mamá, quien tiene 70 años, pero tiene claro el precio que le pondría a la ventana.
“Hemos visto publicaciones en redes sociales, donde la gente pregunta cuánto cuesta hospedarse en mi casa. Quién sabe si mis amigos vayan a ir por el tema de la restricción y si algún amigo quisiera ir con otra persona, uno podría cobrar ¢10 o ¢15 mil, o más.
“Además, no se pueden subir muchas personas, porque el techo se podría dañar”, dijo.
Le preguntamos a este futbolero con cuál equipo va en la final y fue claro: para él, el torneo ya finalizó.
“No voy con ningún equipo, me da lo mismo el que gane. Saprissa y Herediano vienen de un torneo muy irregular, pero tomaron fuerza en el cierre y en otros torneos se ha demostrado que el equipo que tiene más puntos no es necesariamente el que vaya a ganar.
“Estoy casi seguro de que se la lleva Saprissa, porque aunque ambos equipos saben jugar finales, Saprissa llega más motivado porque sacó a la Liga”, manifestó.
Un espectáculo
Doña Gloria Soto, mamá de Víctor, comentó que no le incomoda vivir tan cerca del estadio.
“Me gusta el fútbol, pero no soy envenenada. Ahora vivo solo con Víctor, pues su hermano Marco vive en Santa Ana, pero toda la vida han disfrutado de los partidos en el cuarto y en el techo.
“Cada día que pasa, el estadio se pone más bonito y lo único que nos molestaba era que cuando no había malla, las bolas caían acá y una vez se nos quebraron unos vidrios y la municipalidad no se hizo cargo del arreglo”, comentó.
Esta señora recordó que a veces debía pelear con sus hijos, pues querían que todos sus amigos se subieran al techo y se lo podían dañar.
“Para nosotros es un privilegio tener el estadio detrás de la casa. Nunca hemos ido al estadio, para ver un partido se quitan las celosías y listo, es un espectáculo”, añadió.