Marcel Hernández volvió a descabezar al Monstruo al anotar un doblete en el triunfo inobjetable de Cartaginés sobre Saprissa 3 a 1.
El cubano, quien antes de los goles había tenido un partido apenas aceptable, sin sobresalir, se puso el traje de luces a partir del minuto 73 con el doblete que se mandó.
Pero no fue solo descabezar al Monstruo por haberle metido dos goles, sino por el triunfo tan importante que significó para Cartaginés, para recuperar el segundo lugar y de paso, darle un golpe, otro más, a un Saprissa que está complicado para meterse a zona de clasificación. También arruinó el debut del técnico Jeaustin Campos como entrenador morado, aunque estaba en la gradería.
Cartaginés fue mejor de principio a fin, salvo algunos minutos del complemento y mereció el triunfo porque tuvo más fútbol, más coraje e ideas más claras para defender y atacar.
El juego era bueno, hasta que Adrián Chinchilla, el árbitro, empezó a dar un concierto de tarjetas extrañísimas y cortó el juego a puro pito. Quien más perdió con eso fue Cartaginés, que tenía más claridad en la forma en que debía llegar al marco contrario.
Pese a que los brumosos entraron muy agresivos con Jeykel Venegas, Allen Guevara y Dylan Flores marcando en el medio campo y robando balones, fue el Monstruo quien pegó el primer susto y vino con picantico, una polémica arbitral.
En un tiro de esquina Mariano Torres ejecutó al centro y la bola pasó con peligro frente al marco e iba justo para la jupa de Cristian Bolaños, pero el brumoso Michael Barrantes le metió la mano y se la desvió. Un penal que Chinchilla no vio, aunque se debe decir que era difícil de apreciar.
Después de ese susto, Cartaginés tuvo las mejores acciones y llegó con mucho peligro, como al minuto 15 cuando Marcel Hernández le filtró un gran pase a Dylan Flores y el volante definió a una esquina de Aarón Cruz, pero el portero estiró manos y piernas y salvó con su pie izquierdo.
Cuatro minutos después, el Cusuco se metió al área por la derecha, dejó botado a un defensa y centró. El balón fue rechazado por un saprissista y le quedó a Dylan Flores quien remató con todo, pero mal. La pecosa le llegó al cubano, quien controló, se quitó a Cruz y remató. El balón iba para adentro pero Ryan Bolaños lo sacó en la raya. Eso sí hay que decir que Marcel estaba adelantado, otra pifia del arbitraje.
El juego siguió bueno, con llegadas de un lado y otro, sin finalización, pero con mucha voluntad; sin embargo, hubo unos quince minutos que se cortó por el silbatero hasta que al cierre, Ryan sacó un cañonazo con el que se fajó el portero brumoso Kevin Briceño y Mariano Torres, en una clara, le dio malísimo, como pocas veces y botó la bola.
El juego estuvo tan caliente en ese lapso que el técnico brumoso mandó un botellazo a la gradería y al finalizar el primer tiempo se fue a disculpar y el asistente técnico eterno morado, Marco Herrera, se encaró con aficionados. Ambos fueron amonestados.
Fiesta de goles
En el complemento, Cartaginés empezó con más vértigo, pero con mejor control de los ánimos. Con Guevara, con Marcel tirado un poquito más al medio campo y con Ronaldo Araya que se enchufó un poquito metieron a Saprissa en apuros. Flores fue el primero en avisar con un cañonazo que tapó Cruz, al primer minuto.
Luego Venegas, de gran partido, y el Cusuco se armaron un contragolpe al 56, en el que finalizaron la jugada con un remate de Jeykel que pegó en el poste de mano izquierda de Briceño. Era un gol con baile, pero el futbol es caprichoso, tiene esas cosas raras.
Casi que a la jugada siguiente, al 59, Mariano Torres ubicó a David Guzmán por la izquierda quien sacó un buen centro donde estaba Ariel Rodríguez. Este incomodó la acción de Briceño y el rebote le cayó a Cristian Bolaños, quien la mandó a guardar.
El gol atontó a los brumosos y dos minutos después el Monstruo casi anota el segundo, luego de un grueso error de Briceño, quien soltó la bola ante el acoso de Ariel pero, la defensa terminó resolviendo.
La suerte parecía que le había jugado una mala jugada a los paperos, pero se hizo justicia al 68. Barrantes ejecutó un córner y Wiliam Quirós arrancó con todo, ganó en las alturas y desvió la pecosa para mandarla a la red.
Luego, al 73, Marcel, el verdugo morado, dijo presente. Se aprovechó de un error de Sergio Céspedes quien le regaló el balón, el cubano avanzó, se quitó a Kevin Espinoza, a quien le hizo el pase de torero y remató cruzado, imposible para Cruz.
El Fello Meza revivió y fue el fiel reflejo de la reacción de Géiner Segura, quien se volvió loco con el gol, lo cantaba desde el suelo, a todo dar.
Después, al 88, el cubano volvió a pescar de jupita un centro desde la izquierda de Byron Bonilla y la mandó a guardar con una técnica que solo los goleadores saben. Ya el resultado era muy pesado para un Saprissa que tuvo algunas pinceladas pero que fue superado de principio a fin.