El entrenador argentino Mauricio Pochettino, llamado a suceder a Thomas Tuchel, en el banquillo del PSG, donde juega el tico Keylor Navas, tendrá el reto de reconstruir al cuadro parisino en un mes antes de la eliminatoria contra el FC Barcelona por la Liga de Campeones de Europa.

Pochettino adquirió fama en el Tottenham, club al que dirigió durante cuatro años y medio y al que llevó a su primera final de la ‘Champions’ en 2019. Ahora Poche, de 48 años, tiene ante sí la que quizás sea la obra más difícil de su carrera como entrenador: sentar las bases de un PSG nuevamente victorioso con el doble enfrentamiento contra el Barcelona (16 febrero-10 marzo) en el punto de mira.

Salvar al Espanyol (2009-2012) del descenso fue meritorio, convertir al Southampton (2013-2014) en un equipo sólido de la Premier League fue esperanzador, hacer poco a poco del Tottenham (2014-2019) una formación tan poderosa como para alcanzar la final de la Liga de Campeones fue su gran obra...

Pero esta vez, Pochettino tendrá en su contra el tiempo, que ya le presiona, y las ambiciones del director deportivo, el brasileño Leonardo, y de los exigentes propietarios cataríes, que solo sueñan con la Champions.

Mauricio será aplaudido por los aficionados parisinos por vestir la camiseta del PSG (2001-2003), pero el hecho de no haber ganado nunca un título como entrenador juega en su contra.

En París, a la espera de su toma de posesión y un desplazamiento a Saint-Etienne el 6 de enero por la Ligue 1, marcarán el arranque del argentino, quien ya sabe que tendrá que gestionar los egos de superestrellas planetarias como Neymar o Kylian Mbappé.

Presión intensa

"¿Pensarás que hay entrenadores que consideran que es difícil, que hay que ser valiente para tomar una plantilla así? Yo pensaría todo lo contrario", declaró en 2018 en Madrid durante una conferencia de prensa donde se mencionó el potencial interés en el Real Madrid y sus astros.

Thomas Tuchel, por su parte, tenía una relación muy afectiva con los grandes nombres del vestuario.

Mbappé le dio las gracias públicamente el jueves por la noche, el primer parisino en oficializar la marcha del alemán: “Nadie olvidará su paso por aquí. Usted escribió una hermosa página en la historia del club y yo le doy las gracias”, dijo en Instagram el prodigio galo.

Pero en el Tottenham, ‘Poche’ hizo reventar estrellas, como Harry Kane y el coreano Son Heung-min, y este preparador afectuoso, carismático y a veces severo se ve antes que nada como un “líder”.

Su prestigio es enorme en Europa, puesto que estos últimos meses ha sonado para dirigir a Real Madrid, Barça, Bayern de Múnich, Manchester United...

Para este técnico amante del juego bonito y de la presión intensa, discípulo de Marcelo Bielsa, quien le dirigió en el Espanyol o en la selección argentina, será un lindo desafío redinamizar el estilo del PSG.

Con Tuchel el juego de los parisinos se había desmoronado en los últimos meses, encomendándose muchas veces a las individualidades de ‘Ney’ y Mbappé.

Eso le valió al cuadro capitalino no pasar a octavos de la 'Champions' hasta el último momento. Y es lo que le ha valido ir tercero en la clasificación del campeonato francés antes del parón invernal, por detrás de Lyon y Lille.

El “sheriff”

También será necesario abordar la moral a veces quebradiza de los parisinos, acostumbrados a hundimientos en Europa estos últimos años.

Pero Pochettino, hijo de agricultores originario de Murphy, cerca de Rosario (norte de Argentina), es un adicto al trabajo conocido por cuidar cada detalle y querer controlarlo todo, lo que le valió en su debut como entrenador el apodo de “Sheriff”.

En la plantilla parisina tendrá la ventaja de contar con varios compatriotas como Mauro Icardi, Ángel Di María o Leandro Paredes. Y su pasado como jugador del PSG, además de dominar el idioma, le puede servir en su relación con los ultras del club.

Llegar justo antes del mercado invernal (2 de enero-1 de febrero) le permitirá también contar con fichajes para imprimir su sello. El diario Le Parisien evocaba ya este viernes un posible interés por el centrocampista ofensivo danés Christian Eriksen (Inter de Milán), al que dirigió en el Tottenham.

¿Bastará para dominar al Barça en menos de dos meses?