Cuando Sporting le iba ganando a Saprissa 2-0 al minuto 25 del partido y Mauricio Wright puso a calentar a todo el banquillo, recordamos el último clásico.
En ese juego, el pasado 28 de agosto, la Liga iba 2-0 a los 23 minutos, el entrenador morado hizo dos cambios antes de terminar la inicial y el juego terminó 4-2 a favor del Monstruo.
Pero José Giacone y su Sporting enseñaron cómo sostener la ventaja, aumentarla, terminar goleando y sonrojar al Monstruo. De paso, los josefinos le quitaron el primer lugar a los tibaseños.
Sporting no es la Liga, ni Giacone Luis Marín.
Claro, algunas cosas no sucedieron igual que en el clásico. La “S” no hizo cambios en el primer tiempo y los locales marcaron el tercero a la media hora de juego.
Sporting, en su casa, controló a Saprissa con mucha velocidad por las bandas, sobre todo por la derecha, con movilidad en el ataque y un compromiso defensivo supremo, que controló a los morados la mayoría de las veces.
Y ese buen trabajo tuvo nombres, que aunque es ingrato mencionarlos por encima de los demás, sin duda destacaron en las funciones que el técnico les encomendó.
Por ejemplo, Luis Flores en la contención, un hombre pequeñito, pero todoterreno, que ha jugado por la banda derecha y este martes lo vimos como un cinco de grandes cualidades. Marcó, recuperó balones, apoyó al ataque, anotó y ayudó en defensa. Un punto altísimo.
Bryan Vega, un hombre que ha mantenido su buen nivel en los equipos que ha estado, con desborde y buen remate, además estorba en la salida. Sabe jugar. Y este martes metió un doblete.
Otro fue Jaikel Medina, un baluarte en la defensa, pero que aporta mucho en la ofensiva con el juego aéreo.
En la otra acera nos encontramos el mal partido de Mariano Torres, desconectado. Al argentino a veces le cuesta motivarse contra equipos pequeños y este martes no lo logró. Igual Michael Barrantes.
Además, la mala noche de Jaylon Hadden, que no contuvo nada en el medio campo y de feria entregó un gol. Sin olvidar a los delanteros morados, con poca fortuna, aunque francamente los volantes no los pusieron a jugar.
Por eso, en un cuarto de hora ya se vio la tendencia del partido, Sporting aplicado y dinámico, mientras Saprissa estaba a la deriva.
Al minuto 12, Esteban Ramírez ubicó a Rigoberto Jiménez por banda izquierda, quien centró pasado, donde estaba Vega, que se la dio a Flores. El volante sacó un cañonazo que el portero Kevin Chamorro contuvo con dificultad.
Vega empezó a hacer de las suyas y sacó un remate cruzado y rastrero que otra vez obligó a Chamorro a emplearse a fondo. Parecía que el guardameta sería inquebrantable, pero era muy temprano.
Dos minutos después, el arquero tibaseño se encontró un frentazo de Medina que casi abre la cuenta.
Pero la insistencia de Sporting era mucha y por eso el primer pepino llegó al 24′, en una jugada entre José Luis Quirós y Vega, quien centró alto y pasado, Flores llegó por el otro sector y mandó lo que pareció un centro que pegó en Hadden y se fue al fondo de las redes. El árbitro otorgó el gol a Flores, pero fue autogol.
Un minuto después, Flores presionó la salida de Hadden, lo obligó al error y la bola cayó en Vega, quien se enfiló a marco y cruzó un remate que venció a Chamorro.
El Monstruo no respondió. Sporting controlaba las acciones y al 32′, en un buen control del balón, bailó a la defensa. La redonda le llegó a Vega, frente al área, hizo un amague y sacó un remate rastrero y cruzado, similar al del segundo gol, para marcar el tercero.
Sapri armó algo al 45′, cuando Ariel Rodríguez se quitó una marca en el área y se la dejó riquísima a Mariano, quien sacó un cañón que se fue por encima.
Lección
El Monstruo hizo cuatro cambios con la clara intención de revertir la situación, entró Marvin Angulo, Jossimar Pemberton, Orlando Sinclair y Luis José Hernández.
¿Cómo respondió a eso Sporting? Golpeando de nuevo. Ni se habían acomodado los cambios cuando Dennis Castillo puso el cuarto y la distancia ya era prácticamente inalcanzable.
La jugada inició en los pies de Rándall Azofeifa, quien cobró un tiro de esquina al primer palo, hubo una prolongación y Castillo, como sumergido, cerró al segundo palo y la hundió.
Saprissa lo intentó después, pero si el Monstruo puso de aquellos, Sporting no se quedó atrás. Los josefinos se cerraron atrás, pero no dejaron de mirar el marco rival. Jugaron largo cuando era necesario, tocaron cuando pudieron, pero en defensa no dejaron respirar a los delanteros rivales.
Giacone no dejó nunca que le ganaran el medio campo, siempre tuvo hombres que le pelearan a Saprissa en la generación y el triunfo del nuevo líder fue más que merecido.