Don Hernán Medford usted tiene razón, Cartaginés no es grande, si lo comparamos con su ego.
En esta columna no voy a entrar a debatir si Cartaginés es grande o no, para mí lo es porque es el club al que sigo, punto.
Lo que sí voy a decir es que espero mucho más de usted, don Hernán.
Salir a decir, después de empatar sin goles ante el equipo más malo del torneo en la tabla acumulada, que Cartaginés no es un equipo grande sino tradicional, me suena más a que está buscando cómo lavarse las manos si el famoso muñeco le gana el pulso.
Usted llegó a mi amado club acompañado de una estela ganadora, la cual sería muy mediocre de mi parte no reconocer, pero en el Cartaginés con su nombre no le va a alcanzar para ganar partidos.
No está en Saprissa, aquí no está apadrinado por una planilla que prácticamente era una selección, como con la que hizo historia en el Mundial de Clubes del 2005.
En el Cartaginés no recibirá el favor de los árbitros y sus arranconazos y frases polémicas en las conferencias de prensa no tendrán tanto alcance como cuando estaba en Tibás o en Heredia.
No don Hernán, en Cartago le toca doblarse las mangas y ponerse a bretear.
Tal vez usted ya se dio cuenta de eso, ya se enteró que Cartago es un mundo aparte y no está dispuesto a asumir un posible fracaso como suyo y convertirse en uno más que pasó sin pena ni gloria por la Vieja Metrópoli y por eso sale con esas habladas. De corazón espero que no sea así.
Tengo que aceptarlo, cuando anunciaron su llegada al Cartaginés me ilusioné porque lo considero una persona ganadora y pensé, en ese momento y aún lo sostengo, que usted era la persona indicada para meter ese ADN ganador en el camerino brumoso. No me decepcione.
Al decir que Cartaginés no es grande, sino tradicional, usted se metió en una bronca innecesaria, le tocó el orgullo a los aficionados más fieles al club, esos que en las malas y en las peores vamos al Fello Meza.
Ahora lo única forma de remediar su error es que usted lo haga grande y lo acostumbre a ganar y eso solo se logra con mucho trabajo.