La llegada de Marcel Hernández a la Liga fue un gran error, falló Alajuelense, falló el cubano y bueno el que medio ganó algo fue Cartaginés, porque, aunque perdió su mejor hombre, le entró una platilla.
Lo vengo diciendo desde hace rato, pero claro, los manudos en su embriaguez de triunfos se burlaban de mi análisis, que debo admitir tiene un poco de mi hígado.
Pero vamos a ver por qué digo que la llegada de Marcel a la Liga es un error.
El cubano en Cartaginés era todo, una especie de superhéroe, un jugador que tomaba el balón y eludía rivales hasta a anotar, hizo goles de todas las facturas posibles, de cabeza, de zurda, derecha y tiro libre, hasta se daba el lujo de no tirar penales.
Todos los días salían noticias de Hernández, era el rey de la Vieja Metrópoli, el equipo jugaba para él, Hernández era medio Cartago o hasta más y eso a nadie le molestaba, solo a Hernán Medford.
El tema es que la Liga no lo necesitaba. ¿Por qué? Muy fácil, Alajuelense no iba a cambiar su estilo de juego por la llegada de Marcel, la virtud de la Liga es el juego colectivo y en eso simple y sencillamente Marcel no encaja.
El cubano pasó de ser la figura absoluta en Cartaginés a ser el quinto hombre a bordo en la Liga, por detrás de Bryan Ruiz, Johan Venegas, Leonel Moreira y Alex López.
De pronto ya casi no se hablaba de Marcel en los medios de comunicación, de pronto ya no era el rey y pasó a segundo plano.
Los que aplaudieron la movida de Agustín Lleida ahora no tienen más que reconocer que fue un error, la Liga pagó una millonada, (el traspaso más caro entre equipos ticos) por un jugador que no necesitaba.