Iniciaré esta columna complaciendo a los aficionados de otros equipos, porque sé que los reclamos de Mariano Torres y las patadas o agarronazos de David Guzmán son casi que pan de cada partido en las mejengas de Saprissa.
Sin embargo, así como no soy fanático y acepto los fallos, también veo las llaves estilo lucha libre que en cada juego le hacen a Kendall Waston para detenerlo, contra Sporting casi lo matan.
Además, no paso por alto el montón de provocaciones, golpes y empujones que le dan a Mariano para sacarlo de las casillas, pues se sabe que una vez que el argentino está en otras, no solamente no juega igual, sino que le da por hablar y puede terminar expulsado.
Esto en ocasiones se ve como normal, ya que cuando los errores son en contra de Saprissa, pareciera que no entran en las estadísticas ni en la memoria de la gente, incluso hasta de los morados.
En un ejercicio rápido de memoria, se me viene a la mente una patada por la espalda de Celso Borges a Álvaro Zamora en el clásico, que ni siquiera vio la amarilla, cuando era de roja. Lo que nos hizo pensar a todos que el árbitro sería permisivo, eso sí, apenas Ariel Rodríguez hizo una, se fue expulsado (merecido). Una agresión de Freddy Góndola a Youstin Salas por detrás también la recuerdo. ¡Claro, los demás pensarán en la venganza de Arboine!
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Si nos vamos al partido pasado contra Herediano, que se dio después de la polémica por el bendito chat de WhatsApp, Pedrito Navarro nos dio más material.
Keyner Brown se le tiró con todo a Javon East, no hubo nada. Gerson Torres corta un contraataque y se le guindó de la camisa a Jeffrey Valverde, teniendo amarilla, ¡Juegue, juegue!
East hace una jugada tonta, pero accidental, no hay piedad. Lo mismo con Fidel Escobar, quien “su pecado capital” fue decir “qué malo que sos”. Y mientras a Fernán Faerron le metieron solo tres partidos por morder a un rival, al panameño le metieron cuatro por eso.
Contra Sporting, este domingo, además del penalote a Waston, el línea en el primer tiempo alzaba la banderilla como por ejercicio. Anuló un gol que era válido, pero no pasa nada.
Una agresión de Ian Smith a Álvaro Zamora sin bola y en frente de tres de los cuatros silbateros y nada de nada.
El colmo se dio cuando el cuarto árbitro no le dio chance de entrar en los últimos minutos a Jaylon Hadden y en lugar de aceptar su error y tragarse los reclamos, llamó al árbitro para que lo expulsara.
Claro, ahora le meten otros cuatro partidos y poco a poco se van quedan sin fichas, pues Fidel y Javon, de momento, tampoco pueden jugar.
¡Uno sabe que el nivel del arbitraje en Costa Rica es pésimo, pero algunos ya ni disimulan!