Sí, la Liga fue superior al Cartaginés este jueves en el Fello Meza, eso no lo puede ocultar nadie, ni el aficionado brumoso más envenenado, pero lo que tampoco se puede negar es que, sin los horrores arbitrales, Alajuelense no hubiera ganado.
Es muy claro, el partido lo ganaron los manudos 3-2, con un gol que debió ser anulado no solo porque fue mano de Jurguens Montenegro, sino que, además, Bryan Ruiz estaba adelantado, por milésimas, pero adelantado.
Digamos que esa jugada fue muy apretada y que en FUTV tuvieron que verla a cámara hiperlenta y con full zoom para darse cuenta que fue mano y que la posición adelantada de Ruiz fue muy ajustada, digamos que esa era muy difícil para los árbitros.
La que sí no deja dudas por ningún lado fue la faltota de penal que cometió Bryan Ruiz en contra de Byron Bonilla, al puro frente del central Ricardo Montero. ¿Por qué no la pitó? ¿No la vio? ¿Realmente consideró que no fue penal? Porque si fue así, demuestra que no tiene la capacidad para pitar en primera división porque el patadón es muy claro.
Hay que ser un manudo muy, pero muy envenenado y desesperado por la 30 para decir que no fue penal.
¿Pesó el nombre de Bryan Ruiz para que no la pitara? El capi manudo, apenas cometió la falta, se levantó y reclamó (inventó) que le estaban jalando la chema... Y claro, el Capi no miente y es un jugador de talla internacional, ¿por qué Ricardo Montero no le iba a creer? Esto a pesar de que la falta fue al puro frente del árbitro.
Ahora sí, hagamos la resta y suma de estas jugadas. Sin el gol de la Liga, la mejenga hubiera quedado 2-2, y supongamos que Cartaginés anotaba el penal, habría ganado 3-2, pero está bien, puede que Leonel Moreira atajara la falta (es un porterazo), entonces, al menos, habría quedado empate.
Por lo que vemos, sí pesó y mucho el arbitraje, porque ahora Cartaginés está obligado a lograr una hazaña. Hernán Medford y sus muchachos ahora tienen que ganar por dos goles para avanzar, mientras que con el empate solo tenían que conseguir un gol, además, si hubiera triunfado en el Fello la historia sería muy distinta.
Es muy justificado el enojo de Medford al final del partido, no salgan con el cuento barato de que estaba vendiendo humo.
Sí, la Liga fue muy superior, pero no concretó todas las opciones de gol que tuvo, y eso no fue culpa del Cartaginés, o no las hizo porque el árbitro interfirió. Si la Liga hubiera anotado al menos un par más, nadie estaría hablando del arbitraje y yo no tendría cara para escribir esta columna, pero no los hicieron y eso es tan real como que el Cartaginés fue perjudicado, una vez más, por el arbitraje.