Casi once años después de haber conseguido el título con el Saprissa, Roy Myers, vuelve al banquillo de la institución tibaseña. La tarea no es sencilla.
El Maravilloso, quien ha estado ligado a otras tareas en el club, en especial a ligas menores, dice que el puesto no le es extraño, que la presión que existe dirigiendo a los jóvenes es tan fuerte como en el equipo mayor, y que la única diferencia es la intensa cobertura que hacen los medios de comunicación del primer equipo.
Pues qué dichoso que ve las cosas así, porque los miles de fanáticos morados ya esperan ver buenos resultados este jueves en Pérez Zeledón. Además, estoy seguro que una gran parte de ellos no precisamente estaba esperando al Maravilloso en el banquillo, si no alguien con más peso y trayectoria.
Sin embargo, Myers aceptó el reto y ahora no le queda más que amansar la mula. Me imagino que como buen tico dijo “a la mano de Dios”, se persignó y se tiró al agua. No obstante, la gran responsabiidad si las cosas no caminan, recae en el gerente deportivo, Víctor Cordero, y el Moradito Juan Carlos Rojas.
No creo que la dirigencia creyera que los cartuchos con Wálter Centeno se les iban a quemar tan rápido, y carecían de un plan B debidamente serio y estructurado.
Con esa mentalidad de pulpería en un club como Saprissa, trapito de dominguear tico, no hay razón para sorprendernos por la abismal diferencia con el fútbol mexicano, donde un equipo como Tigres este jueves juega la final del Mundial de Clubes, en Catar, ante el Bayern Munich.
Y un datillo curioso, el entrenador Tuca Ferreti, al igual que Myers, llegó al club en el 2010 y pero ha permanecido once años ininterrumpidos.